Desde que uno baja del avión hasta que llega a Victoria, una de las estaciones más importantes, esta ciudad parece de ensueño. Pero no todo es así.
La multiculturalidad de la capital británica es uno de los rasgos más característicos que posee. Gente de todo el mundo, desde América hasta Oceanía deambulan por esta capital que tiene todo y nada, al mismo tiempo, de europea.
Tiene todo por su estructura, su manera de ser pensada, puesta en escena y llevada a cabo. Todo, porque la gente autóctona del lugar tiene sus características específicas: poco social, aparentemente calculadora, con su grupo cerrado de amigos y amante de los bares a partir de las 5pm, entre algunas de sus características.
Pero por otro lado también viven personas con otras características: amantes de la familia, gente que vino a esta ciudad para aprender el idioma o vivir una experiencia diferente y que se ha encontrado con algo que imaginaba o, por el contrario, lo opuesto. Gente con familia o sin familia pero que cohabitan en el mismo ambiente a pesar de las diferencias.
No es una ciudad demasiado fácil para hacer grandes amigos porque muchos de los que vienen no se quedan demasiado tiempo por diversas razones: mal clima, el costo de vida, la comida, la cultura, deciden irse antes de tiempo. Pero, no todos siguen este camino. Todo depende del objetivo de cada uno y cuan persistente sea.
Es de destacar que también se puede encontrar una gran variedad de comidas típicas de diferentes partes del mundo, porque no es una ciudad que se destaque justamente por la calidad autóctona de su comida. Así, en Londres se puede visitar el mundo entero con un tenedor.
El transporte público de esta ciudad es uno de los más caros en el mundo. El alquiler de inmuebles también lo es pero si se hace una búsqueda avanzada y detallada se puede encontrar algo no tan costoso a las afueras de la ciudad.
A la hora de comprar ropa, existen las tan conocidas tiendas de marca que ofrecen sus productos a un elevado coste pero también, para los menos poderosos, están los mercados callejeros y las tiendas de segunda mano o charities donde se puede encontrar prendas en buen estado y a bajo precio.
Al ser una de las grandes capitales, es muy frecuente encontrar diversidad de ofertas culturales: desde teatros ambientados, diferentes galerías de arte, mercados callejeros, pasatiempos en la calle, hasta una gran variedad de museos gratuitos y sin olvidarnos de la cantidad de parques que adornan y airean la ciudad. Raro de ver en esta ciudad porque la mayoría de las cosas que se pueden hacer suponen un determinado monto de dinero. Pero el visitar museos no supone inversión económica alguna ni tampoco pasar un rato al aire libre, cuando el tiempo, muy raras veces, así lo permite.
Están, claro, los diferentes monumentos que si visitas esta ciudad no puedes perdértelos. El Big Beng, Trafalgar Square, Tower Bridge y Westminster son algunos de ellos, que también, desde afuera no demandan desembolso de dinero.
Una manera de conocer gente y hacer un intercambio con el idioma es ir a un bar a tomar una bebida, pero hay que tener en cuenta que la persona con la cual hagas el exchange puede ser de cualquier parte del mundo y el acento no es el mismo que el del nativo de la ciudad pero quizás resulte más fácil entablar una conversación.
Existen también diversos grupos que exclusivamente se dedican a este tipo de actividad: realizar intercambios de idioma o culturales. Pero para ello se tendrá que abonar una cifra de dinero aunque no muy elevada.
En definitiva, es una ciudad compleja, difícil e interesante que si saben, quieren y pueden le pueden sacar provecho siempre y cuando estén preparados y hayan estudiado su entramado un poco antes.