Olivia y Álvaro se conocieron hace un poco más de 9 años. Corría el año 2010 cuando casi por ‘causalidad’ Alvaro decidió sumarse junto a sus hermanos a un proyecto que tenía como misión preparar un viaje a la provincia de Buenos Aires (Argentina) para ayudar a un pueblo humilde. El pueblo en cuestión queda a unos 450 kilómetros del lugar donde Alvaro vivía: «En pocos días me estaba yendo de la casa de mis padres y de mis hermanos a un departamento alquilado, decidí tener esta experiencia con ellos«.
Y así fue como, integrando este grupo, conoció a Oli, quien había llegado a Argentina luego de haber vivido un año fuera entre las Islas Canarias e Inglaterra. A partir de entonces comenzaron a conocerse y compartir mucho tiempo juntos. Álvaro relata un momento bisagra que marcó un paso inicial no sólo en su relación sino también en la proyección de sueños y metas: «Llegó el día de amigo, día posterior a mi cumpleaños, cuando Olí me regaló un libro titulado “Atrapa tus sueños” que marcaría el rumbo de nuestra relación y de nuestra vida. Fue el disparador de una idea que se mantuvo dentro nuestro hasta el 23 de marzo de 2017, día que hicimos nuestros primeros 200 km del viaje«.
En una charla con Intriper, los protagonistas de @abori.gen, aprovecharon a repasar los inicios de su relación, el comienzo de su viaje, las anécdotas inolvidables y más: «Las ganas de poder experimentar una experiencia distinta, desafiante e impredecible hizo que sepamos y estemos seguros que en algún momento íbamos a cumplir el sueño de dejar todo y salir a recorrer el mundo, empezando por el Continente Americano«.
Creemos que para cumplir sueños NO hay que ser del todo consciente. Muchas de las cosas que fuimos experimentando en el viaje nunca se nos habían cruzado por la cabeza antes. Durante los 7 años juntos siempre aparecía la conversación de este viaje hasta que sentimos que era el momento de empezar a apretar el acelerador y trabajar para que esto pueda ser realizable.
Sumado a esto, decidimos agregarle el condimento de casarnos antes de salir, de darle un sentido deportivo al viaje y de buscar sponsors para ir trabajando con ellos durante la aventura.
¿Cómo eligieron el primer destino? ¿O en su caso armaron un plan de viaje determinado?
Pocos destinos fueron planificados antes de salir, lo único que sabíamos era que como habíamos definido recorrer el Pacífico Americano para encausar el viaje, los lugares a conocer iban a estar cerca del agua así que nuestro primer destino del viaje sería Chile y así empezar a subir tratando siempre de estar cerca del mar y desviarnos únicamente en ciertos destinos que de antemano sabíamos que queríamos conocer.
No somos de investigar mucho antes de entrar a cada país, sino que vamos dejando que nos sorprenda y que el viaje tome su propio rumbo y sus propios tiempos, hablamos mucho con locales dejando que ellos nos aconsejen sobre los lugares que no nos podemos perder y también hablamos muchos con otros viajeros que ya han pasado por ahí.
En Colombia, por ejemplo, sabíamos que no tiene una ruta Pacífica como los demás países de Sudamérica, lo cual atravesarla significaba no ver el mar hasta el Caribe. Fuera de todo plan, y lejos del agua, fue uno de los países que más nos enamoró. Como siempre decimos, definitivamente lo que hace que un lugar y un momento sea especial es su gente, y Colombia en ese sentido definitivamente sabe cómo enamorar al que lo visita.
¿Cómo fue amoldarse al estilo ‘van life’ cuando prácticamente antes deben haber vivido en espacios donde no faltaban las comodidades básicas?
Las ganas de estar en la ruta, conocer distintos lugares, personas, distintas experiencias y que cada día sea distinto al siguiente hicieron que acostumbrarnos a la vida Vanlife no sea un gran reto.
Creemos que podemos acomodarnos a cualquier situación y siempre es mejor tener la experiencia que imaginarnos en “x” situación. Al proyectar cierta situación la estamos viendo desde nuestro lugar, que puede ser totalmente distinto al proyectado, lo que hace que sea muy difícil aceptarlo, pero si saltamos a vivirlo todo se acomoda para que podamos vivir con ello.
Lo que nos empezó a pesar e hizo un poco más difícil o cansadora la vida en Van, fue el tiempo. Conocimos muchos viajeros y todos viajan de manera distinta. Sobre todo tienen un tiempo como innato. Hay viajeros que vienen viajando en Van hace más de 10 años, más de 5 años, un año o meses. A todos les llega el momento de frenar. Sea por un tiempo corto, largo o para siempre.
A nosotros nos empezó a pasar esto y creemos que es por la etapa de la vida en pareja que llevamos, por la etapa individual de cada uno y porque estamos en la etapa final del viaje que hace que pensemos en nuestro próximo paso en nuestra vida.
¿Recuerdan miedos o inseguridades al momento de llevar a cabo esa idea de viajar juntos?
Teníamos tantas ganas de empezar esta aventura y experiencia de pareja que por suerte no aparecieron miedos, si dudas y muchas de las cosas que nos preguntaban o nos cuestionaban las personas a nuestro alrededor no tenían respuesta en ese momento. Sabíamos que si lo empezábamos lo íbamos a terminar. Aprendimos que todo tiene solución, que si estamos acorralados siempre aparece la persona que nos puede ayudar, dar una mano, un contacto, un mensaje o lo que fuera para destrabar el problema.
La “comodidad” era una palabra que sabíamos que dejábamos en Buenos Aires. Si queríamos comodidad nos hubiésemos quedado en casa. Obviamente que las cosas podían salir mal, y para algunos quizás muy mal. Hacer el intento siempre es alentador, ponerle confianza hace que todo se alinee un poco mas y si encima durante el viaje uno encuentra lo que le apasiona, hace que todo haya valido incluso más la pena. La alternativa de que salga algo mal nunca estuvo realmente entre nosotros, en nuestra cabeza. Siempre supimos que todo iba a salir bien y que iba a ser una experiencia de vida que nos acordaríamos siempre. Creemos que esto es súper importante a la hora de lanzarse a lo desconocido, y en todo tipo de situaciones a la que uno se pueda enfrentar, pensar en positivo, pensar que todo va a salir bien, enfocarse en todas las cosa buenas que pueden pasar y la cantidad de oportunidades que pueden surgir por el simple hecho de salir de tu zona de confort.
El llenar los espacios de tiempo es clave, por lo menos para las personas que necesitan estar haciendo siempre algo. Cuando empiezas a viajar, ese recurso que dentro de la rutina es limitado, pasa a ser tan extenso que uno muchas veces no sabe que hacer con esto. Tenés tanto tiempo que podes hacer todo lo que te gusta, eso que en la rutina no podes porque “no tengo tiempo” no existe. No hay más que llenar los espacios con cosas que te gustan hacer, que disfrutas, que te hacen bien. En nuestro caso, tratamos de llenar el tiempo estando en el agua, conociendo y aprendiendo de la gente, disfrutar de la ruta, cocinar lo que nos gusta, leer un buen libro, sacar fotos y crear contenido para nosotros y para los trabajos que nos tocan hacer. Esto no lo hicimos de un momento para el otro, se fue dando a medida que avanzamos en el viaje y esto es una de la cosas espectaculares de esto. Podés encontrar pasiones, esas actividades que haciéndolas todos los días hace que uno esté más contento con uno y con los demás.
En el caso de presupuestos o recursos económicos para poder costear el viaje, ¿cómo se han movido para generar ingresos? Es muy común escuchar el concepto de que muchos de los viajeros se han inclinado por el lado de la generación de contenidos y que eso termina siendo una fuente de ingreso. ¿En su caso pasa esto o tienen otras fuentes de ingreso?
Nuestra idea en un principio era viajar por un año y hacerlo con ahorros (obviamente esto no se cumplió jaja).
El presupuesto del viaje lo hicimos con los regalos del casamiento. Al hacer nuestro Blog (www.abori-gen.com), se nos ocurrió que todos nuestros invitados puedan entrar y conocer nuestro proyecto y que conozcan lo que teníamos pensado para nuestra luna de miel. En el mismo Blog aparecía la pestaña de “regala kilómetros”. Esto lo usamos como regalos de casamiento en donde cada km representaban 2 u$s entonces cada persona podía seleccionar la cantidad de kilómetros a regalar.
El presupuesto era de un año pero a los 6 meses nos dimos cuenta que iba a durar un poco más entonces empezamos a vender fotos, se sumaron marcas que trabajando con ellas creándoles contenido nos pagaban mensualmente, empezamos a trabajar durante las temporadas de kitesurf como instructores y empezamos a contactar a hoteles para hacer producciones de fotos y vídeo. Hoy en día también somos embajadores de algunas marcas y plataformas de viajes, las cuales nos pagan comisiones y encima podemos seguir fomentando esta idea tan linda de viajar y salir a ver el mundo con tus propios ojos. De esta forma logramos nosotros vivir viajando.
No hay una fórmula secreta ni perfecta, ni nos sustentamos sólo de una forma. Uno cuando está viajando tiene que tratar de ser lo más creativo posible y buscar muchas formas distintas de sustentarse.
En cuanto a la convivencia 24/7, ¿qué cosas descubrieron de todo ese proceso una vez que comenzaron a viajar? ¿Qué fue lo mejor que descubrieron el uno del otro estando solos en distintos lugares del mundo? ¿Situaciones en que chocaron mucho?
Creemos que el desafío más grande del viaje siempre fue y es la convivencia 24/7. Además de esto, todo el apoyo de familiares y amigos que tenemos en nuestra vida diaria no está al lado tuyo, lo cual la persona que está al lado tuyo pasa a ocupar todos esos lugares. Es pareja, es compañero/a, es amigo/a, es familia. La otra diferencia grande que vivimos es que toda decisión, hasta la más mínima se comparte y se decide entre los dos, lo que hace que a veces, dependiendo como se levanta o cómo está cada uno, existan roces de poca importancia. Para nosotros es fundamental hablar todo, dejar egos de lado, seguir conociéndonos y conociendo al otro, creemos que es la única manera de poder seguir juntos. Es tanto el tiempo juntos que obviamente conocés al otro en su totalidad. Olí es muy buena consiguiendo lo que quiere. Cuando se lo propone encuentra la forma de que suceda; y Álvaro es una persona tan social que en cualquier entorno hace nuevas amistades y es un placer compartir tiempo con él y escucha a toda persona nueva que conocemos. La combinación es perfecta y sabemos que esto nos llevó a tener el viaje que tuvimos y estamos teniendo.
Los altibajos vividos cuando uno sale de su status quo son más extremos. Obviamente tuvimos momentos distintos a lo largo de esta aventura. En los momentos de angustia siempre encontrábamos la forma de unirnos para seguir.
Ahora nos acordamos de dos momentos, uno fue cuando llegamos a Panamá, después de haber cruzado el canal, en el que el gasto económico fue el más grande del viaje: hay que poner el auto en un contenedor, viajar en avión a buscar el auto y esperar en un Hostel. Llegamos a Panamá y fuimos directamente a una escuela de kitesurf para empezar a trabajar pero al haber llegado en la mitad de la temporada, el equipo estaba completo y solo podíamos dar clases cuando hubieran muchos clientes. Esto nos angustió mucho pero poco a poco las cosas se fueron dando y empezamos a tener alumnos hasta llegar a dar muchísimas horas mensuales, dinero que nos sirvió para seguir viaje. La otra fue el llamado a un mecánico en Costa Rica para que le haga un service a la camioneta a lo que su respuesta fue: “tienen que cambiar el motor”, cuando nos comentó cuánto costaba casi nos desmayamos porque significaba gastar toda la plata que teníamos, pero por suerte finalmente nada de eso pasó y fue solo un mal diagnóstico.
En estos dos momentos me acuerdo que nos unimos más que nunca y siempre nos decimos que si estamos bien juntos, solamente cosas buenas nos pueden pasar.
Creemos que es sano tener momentos para uno, momentos de distracción, de entretenimiento, momentos que cada uno haga lo que tenga ganas de hacer y de crear momentos de soledad para cada uno.
Recibimos muchos mensajes de gente que tiene el sueño o la idea de hacer un viaje parecido al nuestro y como dijimos, todo viajero viaja a su manera, cada uno le da su propia personalidad al viaje. Depende mucho de las posibilidades que cada uno tenga. Si piensa viajar con ahorros o piensa empezar con ahorros y luego trabajar para poder seguir. Si viajan con ahorros, hagan un presupuesto consciente, pregunten a gente que esté haciendo el mismo viaje y tengan un número hecho para imprevistos o gastos extraordinarios.Si viajan pensando en trabajar mientras se mueven, piensen de que quieren hacerlo y diseñen el viaje pensando en eso, tengan material, sepan de los lugares en donde se paga mejor, cuando son las temporadas… En cuanto a la Van, aparte de los temas técnicos mecánicos, para no cansarse de manera rápida, tengan una cama cómoda y una cocina donde puedan cocinar. Otros consejos que siempre damos que se hicieron como frases hechas son: “En el mundo hay más gente buena que mala”, “Uno va recibiendo lo que es y lo que da”, “La magia está afuera de tu zona de confort”. Lo primero para empezar una experiencia cómo está es animarse y trabajar todos los días para dar ese primer paso.
En su caso, cuentan con una tercera integrante. ¿Cómo es viajar con una mascota? ¿Pudieron adaptar esa convivencia? ¿Cómo es el tema de permisos o autorizaciones al pasar de un país a otro? ¿Suelen hacerles algún comentario sobre eso? ¿Vivieron algún hecho desafortunado con ella?
Perica es nuestra tercer integrante del equipo. Llegó unos meses antes que la Van. Viajar con ella es viajar con alguien que nos enseñó mucho de la relación del humano/animal. Perica determina muchas veces los lugares a los que elegimos ir. En Latinoamérica, fuera de algunas Reservas Naturales, podés entrar a todos lados con ella. Todos los lugares donde trabajamos ella podía estar y se sentía muy libre y esto hace que nosotros estemos tranquilos y seguro de que los tres la estamos pasando bien. Pero en lugares como Estados Unidos, por ejemplo, es un poco más difícil porque hay más reglas y los perros pueden estar en las playas en ciertos horarios y siempre atados.
Sentimos que tiene un poder de adaptación mucho mejor al nuestro y la verdad es que los lugares que a nosotros nos gustan a ella también y los lugares donde ella está con la cola entre las patas, a nosotros no nos encantan y generalmente estamos de paso.
Para pasar de un país a otro, generalmente te piden que un veterinario con certificación internacional verifique que el perro está con buena salud y te haga un certificado. Este papel se lo llevás al Ente regulador para que certifique esto (SENASA en el caso de Argentina) y con esto vas a la frontera. En algunas fronteras te cobran también un impuesto aparte. Es importante que tengan su chapita con el nombre y teléfono (whatsapp) con código de país.
Vivimos un hecho que casi cambia el rumbo del viaje. En Chile, estacionados en una playa, desapareció en la mitad de la noche y no la encontramos hasta dos días después. Fue el momento más duro del viaje que por suerte terminó en una simple anécdota y no se volvió a repetir.
«Imaginarnos seguir viaje sin ella no estaba dentro de nuestras posibilidades y sabíamos que no nos íbamos a ir sin ella«. La angustia y la desesperación de no encontrar a Perica fue tal, que la nostalgia los invadió de manera tal que empezaron a dudar sobre cómo podrían seguir sin ella. Álvaro inmortalizó esa experiencia en una carta, repasando todo lo que habían vivido hasta ese momento y donde se plasma el desconsolado deseo de volver a encontrarse:
«Dos años compartiendo nuestra vida. Te tuvimos desde que naciste y quisiéramos compartir todo lo que nos queda. Es hoy donde nos preguntamos el por qué de las cosas; por que existe el sufrimiento innecesario. Creemos que no lo merecemos pero nos toca. Creemos que nos tiene que tocar lo mejor y nunca damos lugar ni nos imaginamos lo peor. Es hoy cuando escuchamos ladrar, imaginamos que sos vos. Es hoy cuando nos acordamos de verte reír, jugar, acariciarnos con torpeza y sabemos que tenemos que seguir para estar seguros de que nunca nos vamos a separar. Hoy pasó lo peor. Te perdimos en un pueblo desconocido pero sin perder las esperanzas creemos todavía que vamos a volver a mirarnos. En donde quieras que estés sabe que no nos vamos a ir sin agotar todas las instancias para continuar nuestro viaje. Nuestro viaje es con vos y será muy distinto si el destino nos separa. Solo Dios sabe el por qué. Por suerte ya somos más de dos los que te estamos buscando y dar el brazo a torcer no es una opción. En donde quieras que estés, descansá, que mañana con todos nuestras fuerzas te vamos a encontrar. Tus compañeros de viaje, Oli & Álvaro» 10.04.2017