En diciembre de 2018, Pablo Marzocca decidió renunciar a su trabajo: «Estaba muy bien, muy cómodo. Estaba tan cómodo que quería para este año un nuevo desafío en mi vida«. Nacido en Olivos (Buenos Aires), Pablo se encontraba trabajando en el área de Recursos Humanos de la empresa de medio de comunicación La Nación. Sin embargo, la pasión con la que soñaba y proyectaba este desafío tenía más peso que la estabilidad laboral y seguridad económica:
Hacer un viaje siempre fue un sueño, algo que no tuviera una fecha de vuelta era algo que hacía mucho tiempo quería hacer. El año pasado de a poquito fui ordenando todo para poder hacerlo. Me animé, no fue fácil la decisión pero me animé. A fines de diciembre empecé el viaje y me encuentro en África desde marzo.
Desde entonces, Pablo ya ha visitado Tanzania, Uganda, Kenya, Ethiophia y Egipto. Seguirá por Mozambique y demás lugares del sur de África. A partir de su llegada al continente africano, muchas personas lo han contactado motivados por el interés de realizar un viaje parecido al que está llevando a cabo.
Con su noble testimonio, él busca contagiar a que cada día sean más las personas que quieran ayudar donde sea que estén; en una charla con Intriper, nos cuenta en detalle todo lo que necesitas saber antes de realizar un voluntariado:
En lo que es tu historia personal, ¿cómo fue que decidiste dedicarte al voluntariado?
No es que decidí dedicarme al voluntariado sino que el voluntario es parte de mi vida. Soy Scout desde los 7 años y desde muy chico empece a hacer voluntariados, porque es parte de lo que nos enseñan. Cundo era chico hacia lo que le llámanos una buena acción diaria y después de más grande haciendo servicios ya sea en mi parroquia, en gran Buenos Aires o algunas provincias de argentina. Ahora estoy en un viaje que soñé hace muchos años y me vine a Africa para ayudar en todos los lugares donde pueda, y para aprender de su cultura, costumbres.
Una de las primeras cosas que te enseñan y aprendés siendo Scout es la iniciativa por ayudar a otros. Desde chiquito nos enseñan a hacer lo que es la buena acción diaria, ayudar al que está al lado. A medida que vas creciendo es como que vas haciendo diferentes servicios: con la familia, con la parroquia, con la comunidad. He hecho voluntariados en varias partes de la provincia de Buenos Aires y otras provincias de Argentina».
En este viaje que emprendí siempre tuve el sueño que fue venir a África. De conocer la realidad de África, de saber que es un continente muy olvidado, de conocer la realidad y la pobreza que hay acá. De lo que uno estudió en el colegio, en la universidad o por ver documentales, es lo que uno sabe. Uní esto de que yo quería hacer un viaje y que también quería conocer África. Y qué mejor que conocer la realidad de África que haciendo voluntariados. Uno puede venir acá a hacer turismo, hay un montón de safaris. Puede venir a las playas, pero la mejor forma de conocer la realidad, la cultura y las costumbres de este lugar es haciendo voluntariados. Así es que empecé el viaje.
Es emocionante pensar en las cosas que me ha tocado vivir en el viaje en sí, en cada voluntariado. Lo que más me llama la atención todos los días es la felicidad que tienen los niños, yo he visto gente con mucha hambre y chicos que quizás no tienen para comer y los he visto con una humildad, con una sonrisa que no se puede creer. Eso es algo que lo siento y que más fuerza me da para seguir ayudando. Eso noto de distinto acá, en relación a otros lugares del mundo. A pesar de lo olvidados que están y el hambre que pasan, es muy emocionante.
Quizás es una pregunta más desde lo emocional pero, ¿considerarías al voluntariado como un estilo de vida? ¿y por qué?
Claro que el voluntariado es un estilo de vida, porque es estar pensando siempre en el otro, en esa persona, no importa de que país, sexo o raza sea, que necesita tu ayuda y ahí está uno para aportar su granito de arena. Pero todos podemos ser voluntarios, y por más chiquito que uno sienta lo que está haciendo, para esa persona que estás ayudando es un montón.
Mi idea del viaje es ir recorriendo muchos lugares de África. La persona que está interesada en hacer voluntariado también podría quedarse en un lugar específico y dedicarse a ser voluntario allí. En mi caso, la parte de África que voy a recorrer ahora es menos visitada. Mi idea es ir a misionar, visitar distintos pueblos conociendo familias y tratar de ayudar. Es una forma de encarar el viaje para vivir distintas experiencias.
¿Cómo es pasar de tomar la decisión a moverse para concretarlo? ¿Dónde buscaste información? ¿Hay páginas oficiales, grupos u organizaciones ya existentes?
Si uno quiere ayudar, siempre hay un lugar que te va a recibir con los brazos abiertos. Claro que hay que buscar. Hay mucha información en la web de voluntariados en África y en el mundo. Lo importante es saber donde uno quiere ayudar y que tipo de ayuda puede o se anima a dar. Hay muchas fundaciones, organizaciones que tienen sus paginas o están en redes sociales y uno desde ahí se puede contactar para ver tienen una necesidad real de poder ir como voluntario.
En Internet hay muchísima información, hay muchas páginas de fundaciones y organizaciones. Información hay un montón. Yo cuando empecé a buscar el año pasado me resultó difícil porque no conocía a nadie que haya venido a África. Tuve que ponerme a leer de todo, uno a veces lee tantas cosas que te perdés un poco.
Algunas de las organizaciones existentes te cobran bastante por ser voluntario. Básicamente la diferencia es capaz encontrar voluntariados donde en algunos lugares podés dormir en casas de voluntarios, con las comodidades que eso tiene: comida, ducha, compartís gran parte del tiempo con los voluntarios. El voluntariado que estoy haciendo yo directamente te contactás con el owner del proyecto, y a partir de allí te asignan una familia y vivís con una familia local. Con todo lo que eso implica: acostumbrarte a las normas y costumbres de esas familia, comer fideos, bañarte con agua fría. A veces te encontrás en lugares que no son tan higiénicos. Pero eso varía mucho según el país, el proyecto en el que estés y la familia que te toque. Pero creo que es la mejor forma de vivir la cultura de África, y es mucho más fácil insertarte en ese barrio donde estás.
¿Existen distintos tipos de actividades en lo que involucra a un voluntariado? ¿Eso lo vas determinando antes de viajar?
Hay muchos tipos de voluntariados. En mi caso trato de ir viviendo distintas experiencias cada vez que me muevo. Por un lado para aprender y crecer más desde lo personal y segundo porque es importante tratar de ayudar en distintas lugares y no sólo quedarse con lo que uno sabe hacer bien.
Uno puede dar clases ya sea de inglés o español en una escuela, podés trabajar en una farm en agricultura o plantaciones o con animales, podés estar en un orfanato con niños, jugar. Se puede hacer trabajos con animales. Yo por ejemplo también estuve con la Fundación de la Madre Teresa de Calcuta, es una experiencia fuerte porque son casas donde viven muchos pacientes enfermos de sida y tuberculosis, y que tienen heridas graves. Ahí lo que hacemos es curar las heridas, tratar de entretener a los chicos, ir a centros de ancianos.
Incluso tratar con las familias, ellos siempre te piden que un blanco les cuente cómo es vivir en tu país. Se puede trabajar en lo que es salud, se puede hacer actividades con refugiados. A veces uno va a lugares donde no hay ni médicos, y tratás de ayudar en lo que puedas. Acá en África también se puede hacer cosas relacionadas al empoderamiento de la mujer.
¿Se necesitan permisos o papeles especiales cuando se trata de viajes por voluntariado? Por ejemplo, ¿hay diferencias en cuanto a la documentación de un viajero turista?
Con respecto a los permisos, es un tema que depende mucho del país y la fundación con la que vas a hacer el voluntariado.
Las fundaciones que son un poco más costosas, donde vivís en las casas de los voluntarios, por lo general te piden visas de voluntario y eso es un poco más caro. Después varía mucho por el país, hay lugares donde tenés que gestionar la visa con mucha anticipación. Hay países donde te piden una recomendación del voluntariado que vas a hacer para que te dejen entrar.
Depende del país de África que vas, será más o menos fácil conseguir la visa. Pero en los voluntariados que yo estoy haciendo, se necesita solo visa de turista y ninguna documentación en particular.
¿Cómo es hacer un voluntariado en África? Comentaste que te estuviste moviendo por distintos lugares, eso es una particularidad de los voluntariados o es algo que lo llevás a cabo vos por motivación propia?
Ser voluntarios en África es una experiencia única. Te diría que la diferencia con otros países del mundo, lo hace la gente, con la humildad y felicidad que viven, a pesar de estar tan olvidados y de la pobreza qué hay.
¿Cómo es el tema de alojamientos/comida/asistencia médica cuando te encontrás en voluntariado?
En el tipo de voluntariados que hago yo, siempre vivo en casas de familia local. Es la mejor forma de conocer sus costumbres, cultura e integrante al pueblito o villa donde estés. Claro que no es fácil, porque es una vida más dura. El lugar donde dormís, comer todos los días arroz, fideo y papa, bañarse con agua frica e ir al baño en lugares poco higiénicos.
Desde que llegué a África es muchísima la gente que me escribe preguntando y diciéndome «Estás cumpliendo mi sueño» o «Yo también siempre quise hacer un voluntariado». Entonces empecé a mostrar más en mis redes sociales (@marzoccapablo) sobre mi recorrido, lo que hago, cómo me muevo, a dónde voy, qué como, dónde duermo. Y ni hablar de contar sobre África, creo que se desconoce mucho. Hay muchos que me dicen que no se animan a venir porque «África es inseguro», y la verdad que no es inseguro. Obvio que hay que tener cuidado y estar atento, pero por lo mismo que podría pasarte en cualquier otro lugar. Veo que hay mucha gente interesada en venir acá y no se anima.
Hace un tiempo hice una gran campaña de llevar comida a las escuelas. Y hay mucha gente que quisiera ayudar y colaborar de alguna forma. Así que con gusto pueden contactarme, obvio quizás no ayudar con sus manos pero sí con una donación de dinero. Es mucha la gente que participó de esa colecta, gente que ni siquiera conozco. Capaz si uno empieza a mostrar más el cómo y el dónde, la ayuda se hace más presente.
Desde hace pocos días, Pablo comenzó a atravesar la segunda parte de su viaje por África: «A partir de ahora es cuando decidí cambiar mi forma de viajar. Salir más todavía de la comodidad y facilidades que tenía, porque hasta acá siempre sabía a cada lugar donde iba a ir y que voluntariados iba a hacer. A partir de Mozambique y los países que se vienen por delante, siendo que viajar por esta parte es más difícil porque es menos turística todavía, pensé en seguir mi viaje misionando por distintos pueblos, viviendo en casas de familia o donde consiga dormir, seguir conociendo la cultura, costumbres y ayudar en cada lugar donde pueda«.
Seguramente me encuentre con muchos desafíos por delante que quiero vivir para seguir creciendo.
A su vez, Pablo rescata la importancia del intercambio, y a partir de la curiosidad que genera en las comunidades que visita, trata de dar a conocer sobre cómo es la vida de Argentina: «A cada lugar donde voy les hago conocer de nuestra cultura de Argentina. Les hablo de cómo vivimos, nuestras costumbres, cómo somos, y que por más que somos de otra raza, tenemos los mismos valores. A todos les doy de probar el mate para que conozcan algo típico nuestro: al principio no les gusta, pero después piden más«.
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Olivia y Álvaro se conocieron hace un poco más de 9 años. Corría el año 2010 cuando casi por ‘causalidad’ Alvaro decidió sumarse junto a sus hermanos a un proyecto que tenía como misión preparar un viaje a la provincia de Buenos Aires (Argentina) para ayudar a un pueblo humilde.
El pueblo en cuestión queda a unos 450 kilómetros del lugar donde Alvaro vivía: “En pocos días me estaba yendo de la casa de mis padres y de mis hermanos a un departamento alquilado, decidí tener esta experiencia con ellos“. Continuar leyendo…