Los 86 ejemplares de esta especie habían sido rescatados del famoso templo budista, luego de que denunciaran maltrato hacia los animales dentro del área.
El rescate había sido realizado hace tres años en el Templo de Tigre, o también llamado Wat Pha Luang Ta Bua Yanasampanno, situado en el distrito de Sai Yok, en el oeste de Tailandia. Se trata de un zoológico que no estaría habilitado con la licencia correspondiente y que, al mismo tiempo, se encargó de promover el contacto cercano entre turistas y tigres: los visitantes podían alimentar a los animales y tomarse fotos con ellos.
Incluso, como si eso fuera poco, hay quienes, abanderados de los derechos de los animales y la lucha por su liberación, han criticado y denunciado que desde el Templo también se realizaban actividades de contrabando de partes de tigres para entregar al comercio ilegal lucrativo, en parte perteneciente a prácticas de medicina en China y Vietnam.
Según informaron durante la jornada del lunes funcionarios tailandeses, esos 86 tigres murieron en custodia del gobierno tailandés. ¿El motivo? Los funcionarios miembros de Parques Nacionales de Tailandia informaron que la causa principal del fallecimiento de los 86 tigres fue una afección en las vías respiratorias superiores llamada parálisis laríngea. A su vez, algunos de los 86 tigres se vieron afectados por causas secundarias como el moquillo canino, o bien también por el estrés ocasionado a partir de la reubicación de entorno.
Frente a esta noticia, el fundador de Wildlife Friends Foundation Thailand, Edwin Wiek, manifestó que la muerte de tantos tigres podría haberse evitado, sólo hubiera sido condición tomar las medidas necesarias para asegurar la supervivencia.
En efecto, resulta contradictorio pensar que hace algunos años rescataron un total de 147 ejemplares para preservar su salud y evitar el maltrato ocasionado dentro del Templo y que, luego de un tiempo, 86 de ellos murieron dejando sólo 61 especies del animal aún con vida.
