El «Restaurante de las Comandas Equivocadas» fue el nombre elegido para esta alternativa gastronómica que desde hace algunos meses abrió en Japón.
La elección no podría definir mejor lo que espera a los clientes interesados: aquí corres la suerte de que el pedido de comida que llegue a tu mesa no sea el correcto ni el indicado. ¿Pero qué más da?
¿De qué trata? Justamente de un espacio en el que los errores y las equivocaciones no son criticadas ni señaladas de mala manera. Y, por sobre todo, se trata de una propuesta inclusiva que tiene por objetivo fomentar la participación de personas con capacidades diferentes dentro del sistema laboral.
Los mozos y el personal que integra el restaurante son ancianos que presentan como particularidad un diagnóstico de demencia. Esto suele tener algunas ‘complicaciones’ tales como que el 37% de los pedidos realizados por los clientes suelen ser entregados con algún error. Sin embargo, considerando la situación y lejos de enojarse, el 99% de los comensales han manifestado su satisfacción.
Según ha relatado con otros medios internacionales, la idea de este emprendimiento surgió de la mano de Shiro Oguni, un videógrafo profesional que un día fue invitado a comer afuera con un grupo de residentes de un centro para la tercera edad.
Recuerda que, en esa jornada, el menú indicaba que el primer plato sería una hamburguesa. Sin embargo, al momento de llegar el menú a la mesa, se trataba de unas empanadillas gyozas. El único en darse cuenta del error fue Oguni, mientras que los ancianos que lo acompañaban ni se habían percatado de la diferencia.
Al contemplar la escena me di cuenta de que un error deja de ser tal en el momento en que es aceptado.
Shiro Oguni sobre la creación de «El Restaurante de las Comandas Equivocadas»
Conoce “La Ruta del Café con Leche”, una guía para reivindicar al viejo bar de barrio en Buenos Aires
Martín Paladino y Edgardo Kevorkian se conocieron en el ambiente de la música y, además de coincidir en la pasión por el arte, ambos presentan el mismo gusto por disfrutar de un café con leche en los espacios típicos que muchas veces supieron y saben frecuentar, ya sea por presenciar una reunión o encontrar un accesible lugar de trabajo.
“No somos somelliers de café ni críticos gastronómicos“, con algo de desfachatez admiten que no son del palo pero que eso no fue un impedimento porque bien supieron encantarse del rubro. Martín es baterista y periodista, integrante de distintos grupos de música, docente y comunicador y Edgardo es fotógrafo y diseñador gráfico, especializado desde hace 15 años en la fotografía de músicos y también se desarrolla en la actividad de diseñador gráfico independiente.
Como la creatividad no escapa a sus profesiones, convirtieron ese gusto por el café en un proyecto tan noble como popular: “La Ruta del Café con Leche“. En una charla con Intriper, contaron de qué se trata esta ‘Guía azarosa de Bares poco notables de Buenos Aires‘ y los desafíos de asumirse un objetivo tan ambicioso como lo es reivindicar a los viejos bares de barrio. Continuar leyendo…