Según ha indicado un estudio, que sirvió como gran base y argumento para exigir una medida de prohibición al respecto, en la ciudad de Buenos Aires más de 5 millones de colillas por día acaban arrojadas sobre la calle.
Cinco millones de colillas. Pareciera imposible de creer, entonces, que una reglamentación pudiera ‘captar’ a todas las personas responsables y/o poner fin a esta contaminante práctica que acabará envenenando nuestro mundo.
Lo cierto es que se trata de un proyecto que ha sido presentado ante la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires a fines de que se realicen multas a quienes arrojen colillas de cigarrillos en sus calles. La propuesta ha sido presentada y defendida por Eco House, una asociación civil, y el legislador Sergio Abrevaya, perteneciente al partido GEN.
“Se entiende por colilla al resto de un cigarro o cigarrillo que se deja sin fumar luego de haber sido consumido; puede o no contener restos de tabaco y puede o no contener el filtro”
Así expresa el proyecto presentado por el legislador Abrevaya.
Si bien aún se encuentra en estado de análisis y revisión, de ser aprobado contemplará la posibilidad de multar a las personas que atenten contra esta medida arrojando sus colillas a la calle. Las infracciones podrían ir desde los $800 hasta un monto de casi $19.000. El principal propósito es reducir sensiblemente la polución que ocasionan los filtros de los cigarrillos.
Cabe destacar, revisando acontecimientos anteriores, que no se trata de la primera vez en que el legislador Abrevaya promueve una iniciativa de carácter ambiental como esta. El pasado 1° de agosto de 2019, la Legislatura aprobó un proyecto de ley impulsado por él que indicaba la prohibición de fumar, arrojar colillas o restos de cigarrillos en patios de juegos, parques y plazas de la Ciudad de Buenos Aires. Ahora, pareciera ser que con esta propuesta se buscará extender los límites de la medida para evitar la presencia de colillas en cualquier parte de la vía pública porteña.
La ciudad de Buenos Aires se tiñe de rosa con la floración de los palos borrachos en la ciudad
Aunque su nombre científico es Ceiba Speciosa, todos lo conocen como palo borracho porque también se asemeja a una botella. En la Ciudad de Buenos Aires hay 5.000 ejemplares que, en estos días, florecieron y le aportan una explosión de color rosa a Buenos Aires.
Si bien pueden verse algunos en las veredas, el hábitat principal del palo borracho son los parques y plazas debido a su gran tamaño y desarrollo.
Este árbol, que llega a medir hasta 20 metros, tiene el tronco y las ramas de color verde por su alto contenido de clorofila. Con el tiempo se le van formando vetas de color castaño grisáceo. Y le aparecen aguijones cónicos.
En el hemisferio sur, florece entre enero y mayo. Las copas se cubren de flores de cinco pétalos, cada uno de los cuales mide unos 10 centímetros de largo y tiene bordes levemente ondulados. En su mayoría son de color rosa, pero las flores también pueden ser blancas o amarillas. Su néctar atrae colibríes y mariposas monarca, que las polinizan y sus pétalos sirven de alimento para las cotorras. Continuar leyendo…