En tiempos normales, Tiger King probablemente aún hubiera sido un éxito. Pero Netflix no tenía forma de saber que la fecha que eligieron para el estreno de esta serie -que parece ficción-, caería justo cuando se estaba comenzando a instalar el aislamiento por la pandemia de coronavirus Covid-19 en todo el mundo. Una gran cantidad de personas, recién encerradas, necesitaban algo que los distrajera del temor existencial.
¿Siete episodios de personajes bizarros, asesinatos y tigres? Una combinación que denotó un éxito mundial.
Este canal de Youtube explica el por qué del suceso de esta mini serie, tanto en Netflix como en redes sociales.
El programa ocupó el primer lugar en la lista de los 10 shows más populares de Netflix durante el fin de semana en EEUU y muchos países del mundo; ha sido objeto de memes y de reacciones en todos los medios, que intentaban explicar cómo algo tan bizarro había logrado semejante impacto.
Tal vez, no sea de extrañar, sostienen algunos expertos…tTiene muchos condimentos que hacen que el producto final, la historia, parezca guionada por el más delirante de los escritores.
Su protagonista principal es Joe Exotic, el mismo «Rey Tigre», amante de las armas, cantante de música country, casado con 2 hombres, ex candidato presidencial (como lo leen), y dueño de un zoológico lleno de gatos exóticos. Su archienemigo es Carole Baskin, una activista por los derechos de los animales ligeramente excéntrica que, según la serie, podría haber asesinado a su último esposo (e incluye los rumores de que ella alimentó a sus tigres con el cuerpo). Los personajes secundarios incluyen uno de los ex maridos de Joe, varios ex empleados, el ex gerente de campaña de Joe y Bhagavan «Doc» Antle, el propietario de Myrtle Beach Safari en Carolina del Sur y uno de los entrenadores de animales más buscados de Hollywood, acusado por Joe de matar e incinerar los tigres que ya no eran útiles para entretener a sus clientes.
Más allá de este mix de personajes e historias delirantes (pero reales), todo sucede en una realidad que es la que lleva el hilo conductor: la increíble cantidad de animales exóticos que actualmente están en cautiverio en EEUU, ya sea en parques privados como en residencias de ciudadanos (no necesariamente millonarios)
Lo más terrible de todo esto llegue en las últimas 2 secuencias de imágenes del último capítulo:
Estas historias bizarras (pero por cierto muy oscuras también) suceden en un contexto que, a medida que pasan los capítulos casi se normaliza o deja de llamar la atención: el negocio alrededor del cautiverio y explotación de animales exóticos con fines recreativos y comerciales.
La serie Tiger King pareciera que enfoca la atención otras cosas: relaciones sexuales abiertas y a veces abusivas, drogas, armas de fuego, malversación de fondos, suicidio, intento de asesinato, extremidades perdidas, gritos, contrabando, etc. Si, el show pasa por ahí. Por momentos la serie incluso muestra a los activistas de derechos de los animales como los malos de la película. Claro, si el héroe es el personaje principal, extravagante, bizarro, y con quién podemos divertirnos. Alguien que cría animales en cautiverio para generar ganancias a través de las entradas de visitantes a su zoológico (patético por cierto), la venta de cachorros, o a través del pago por fotos junto a estos animales exóticos.
Increíblemente (o no), en varios momentos de la mini serie estos personajes muestran cómo llevaban adelante el negocio del alquiler de animales exóticos para uso recreativo/fotográfico. Tanto en sus parques privados, o incluso en Las Vegas con servicios tipo room service, donde turistas pagaban (pagan aún) mucho dinero para poder tener a disposición cachorros de tigres y poder jugar y sacarse fotos con ellos.
Estas situaciones no difieren de muchas prácticas que el turismo llevó adelante durante muchos años y que fueron normalizadas: paseos con elefantes en Tailandia, parques acuáticos con especies en cautiverio, circos o espectáculos con animales.
Por suerte, pareciera ser que la consciencia acerca del consumo de estas propuestas como forma de financiación está llevando de a poco a un turismo cada vez más responsable. Pero aún falta.
Evidentemente la fascinación por los animales exóticos en las personas es existirá siempre, y está bien que esto suceda, pero desde la admiración, la sorpresa, y el entendimiento de la importancia de su supervivencia en un contexto de cambio climático, superpoblación y eliminación de sus entornos.
Lo que muestra Tiger King es una realidad terrible, y debemos entender que el consumo de actividades asociadas a cualquier actividad de explotación animal para recreación no puede seguir sucediendo.
Nuestra responsabilidad como turistas está en nuestra conducta, en nuestro entendimiento de cómo se desarrollan las actividades que realizamos en cada viaje, y de elegir correctamente.
No hay nada inherentemente malo en el acto de ver a Tiger King. Está hecho como un show de entretenimiento, y ciertamente lo es. Pero también es una oportunidad para ver una realidad, triste (que funciona como telón de otras cosas en este caso) y de la que podemos ser parte si no entendemos nuestra responsabilidad como viajeros, al momento de elegir qué tipo de actividades realizamos y financiamos.