Muchas han sido las imágenes que se han difundido sobre diferentes especies que han aparecido ‘disfrutando’ de sitios que antes nos parecían impensados para su presencia.
Primero, fueron los canales de Venecia, con su correspondiente agua aclarada debido a la nula circulación de góndolas debido a la ausencia de turistas en la zona. Una imagen que recorrió el mundo y muestra la presencia de peces en el lugar. Algo que inmediatamente nos hizo reflexionar sobre la drástica disminución de la contaminación a partir del aislamiento obligatorio de las personas.
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Luego, la presencia de una manada de cabras circulando por las calles desiertas de la ciudad costera galesa de Llandudno, en Reino Unido, mientras los residentes permanecen en el interior de sus hogares para limitar la propagación del coronavirus.
Debido a la ausencia de personas, hoy registraron guanacos caminando en las playas de Puerto Pirámides (Argentina) ????????❤ pic.twitter.com/mq8kEZKhCl
— intriper (@intriper) March 31, 2020
Y muchos episodios similares más que irán apareciendo conforme avancen los días en los que nosotros, los humanos, tengamos el mínimo contacto con el mundo exterior. Quizás la naturaleza sea tan mágica que ella misma está limpiándose de todo el mal que le hemos hecho. Pareciera ser que el planeta es quien nos obliga a detenernos.
Inevitablemente, el sólo hecho de tomar conocimiento de todo lo anteriormente mencionado hace que nos preguntemos a qué se debe semejante respuesta de la naturaleza cuando nosotros no estamos cerca: ¿por qué la aparición de animales se vuelve frecuente? ¿por qué se da lugar en zonas donde antes no era común apreciar su presencia? ¿qué es lo que sucede con ellos durante estos días?.
Y muchas más preguntas, las cuales algunas podrán ser instantáneamente respondidas desde la ciencia y/o los comportamientos de cada especie. Otras, en cambio, serán reveladas con el tiempo y con la aparición de nuevos descubrimientos e investigaciones.
Desde Intriper hablamos en exclusiva con Agustín Paviolo, coordinador del Proyecto Yaguareté, una iniciativa surgida en 2002, por parte de una pequeña asociación civil pequeña de Misiones.
El principal objetivo de Proyecto Yaguareté es generar información científica para ayudar a la conservación del yaguareté y de las diferentes especies y ambientes en los que vive, en el norte de Argentina.
Se trata de un proyecto que involucra a esta ONG y al CONICET por igual. Hoy, su equipo de trabajo está compuesto por investigadores y becarios del CONICET, profesionales veterinarios miembros de otros institutos y profesionales de educación ambiental, entre otros.
Somos un grupo de entre 15 y 20 personas, que nos relacionamos entre sí y con otras instituciones como la fundación Vida Silvestre, organismos de gobierno como la Administración de Parques Nacionales, otras ONG. También trabajamos en colaboración con equipos de conservación de Brasil y de Paraguay.
La entidad mencionada busca asegurar la conservación de una población viable a largo plazo de yaguaretés y de las especies con las que él convive en el norte de Argentina.
Hemos consultado a ellos en calidad de expertos considerando que desde hace unos días se han propuesto analizar cómo la ausencia de turistas impacta en el comportamiento de los animales silvestres, a partir de lo cual han decidido instalar cámaras trampa en diferentes sectores que comprenden al Parque Nacional Iguazú.
¿Cómo surge la iniciativa de instalar cámaras trampa en diferente áreas de uso turístico? ¿Cuántas instalaron y precisamente en qué zonas?
AP: En cuanto a la iniciativa de evaluar el comportamiento de los animales sin turistas durante la pandemia, podemos decir que se trata de un proyecto que venimos haciéndolo ya desde hace algunos años en colaboración con la Administración de Parques Nacionales.
La Administración de PN tiene un proyecto en el Parque Nacional Iguazú, que es coordinado por el guardaparque Ricardo Melzew. Lo que nosotros hemos hecho es trabajar con los datos de ese monitoreo, y ya veníamos analizando datos de qué pasaba con la fauna comparando el área de visitación del Parque con otras áreas que no son visitadas.
La oportunidad que nos da el coronavirus es probar y observar qué sucede en el mismo área donde se mueven todos los turistas ahora que hubo una drástica reducción de la presencia de personas debido a que los parques nacionales están cerrados al público.
Básicamente, al año en Iguazú pasan más de un millón y medio de turistas. Y este escenario nos permite saber qué pasa en esas áreas cuando no hay gente: si es que los animales cambian en su comportamiento, cambian en abundancia. Lo que nos da la pandemia es ver qué sucede con la fauna si se le saca todo el turismo presente.
En cuanto al número de cámaras, son alrededor de 30 cámaras trampa que se han colocado en distintas áreas del parque, en zonas de uso intensivo por el turismo y en otras áreas que se usan bastante menos.
¿Cuáles han sido/son los comportamientos que han notado que difieren a la ‘norma’ de estos animales o a lo que comúnmente se acostumbra en el Parque?
Ahora en este momento estamos en la etapa de toma de datos. No sabemos que está sucediendo con certeza. Vamos a tomar datos durante todo el tiempo que dure la cuarentena, tiempo en el que esté cerrado el Parque. Después de eso, vamos a analizarlo y compararlo con lo que pasaba antes.
No podemos decir qué es lo que está pasando a ciencia cierta. Lo que sí hemos notado, y han identificado los guardaparques que van a colocar las cámaras, es que los coatíes y los monos que son especies que se acercan a los turistas para buscar y/o sacar comida se están viendo menos. Es probable que pase eso, aunque aún no está respaldado por datos científicos.
También es probable que vuelvan algunas especies más tímidas, como por ejemplo los grandes felinos. En estudios que hemos realizado antes, comparando distintas áreas con turismo y sin turismo, veíamos que había algunas especies que se beneficiaban y que usaban más el área turística aprovechando la presencia de turistas. Y por otro lado, otras especies como los yaguaretés o los pumas que evitaban el área turística. Esas son algunas de las hipótesis que tenemos al respecto.
En relación a esto, ¿a qué se debe una masiva aparición de animales en diferentes zonas ahora que los humanos estamos guardados? ¿Existe una percepción de ellos a la ausencia de personas? ¿Influye la poca movilidad/ruidos/olores que pueden emitirse durante el trascurso de una jornada normal? ¿Algún detalle que incida a que actúen de esta manera?
En cuanto a la aparición de algunos animales en ciudades y en lugares en donde no son frecuentes o usuales, seguramente está influyendo que no haya gente en las calles. Esto hace que los animales estén más tranquilos y se logren aventurar a lugares donde antes no se acercaban porque estábamos nosotros con mucho movimiento.
También sobre todo es probable que los veamos en horarios que no acostumbraban, que aparezcan más de día. Es muy probable que los animales hayan notado la ausencia de nuestros comportamientos y al estar más tranquilos se hayan acercado a determinadas áreas.
Esto no es una respuesta poblacional, no es que está aumentando la abundancia de esas especies, sino que se trata de una respuesta de comportamiento. Esa es la impresión, hay varios registros puntuales de que esto ha pasado, y habrá que esperar a algún otro análisis o estudio de por qué ocurre esto.
Yo creo que la cuestión es más comportamental y que los bichos están más confiados porque no nos ven. En general todas las especies nos tienen mucho miedo y evitan el contacto con el hombre porque saben que les va mal estar en contacto con nosotros.
Reflexionando un poco sobre lo anterior, hay quienes dicen que estamos experimentando un «mundo invertido». Parecería mentira pensar que pasamos a ser nosotros quienes estamos «encerrados», mientras los animales toman las calles. Incluso, entre los tantos mensajes de aprendizaje que podemos tomar de esta pandemia, hay quienes aseguran que reflexionar sobre la crueldad de los zoológicos y el pedido de su pronta desaparición es uno de los más significativos. ¿Qué lectura podrían hacer de esto ustedes?
Bueno sí, me parece que esto de un aislamiento o cuarentena obligatoria nos ha afectado tanto al modo de vida «normal» a gran parte de la Humanidad que creo que es un buen momento para reflexionar sobre esto. No sólo sobre lo que estar encerrado sino las cosas a las que les damos importancia y a cuáles no. El valor de la vida, de los afectos. El encierro todos lo estamos viviendo y sufriendo, y yo espero que sí, que mucha gente comprenda lo difícil que es estar encerrado y lo feo. Tanto para personas que están privadas de la libertad como para los animales, es una cuestión bastante dura.
Para los animales es algo que se debería evitar al máximo. Creo que los zoológicos en general tienen que ser repensados, en la forma en que se muestran algunos animales y qué trato tienen. Creo que los zoológicos deberían virar hacia otra forma de mantener animales cautivos. Obviamente tenerlos en mejores condiciones, que sean animales que únicamente puedan estar ahí y no puedan ser ‘devueltos’ a vida silvestre, que sirvan para programas de recuperación y educación ambiental y no que sea una mera exhibición de animales cautivos.
A mucha gente le va a movilizar esto, y espero que al menos tenga un efecto positivo. Otra reflexión y lección que debemos sacar de esto es lo que estamos haciendo en cuanto al tráfico de animales. Todos estos virus que están apareciendo se deben a problemas ambientales, a la crisis ambiental que estamos provocando los humanos. En parte, el tráfico de especies silvestres para consumo o mascotismo es terrible, y ha sido uno de los orígenes de esta pandemia. Ya los científicos habían advertido de que esto pudiera ocurrir, si tenemos montones de animales silvestres cautivos en mercados y consumiéndolos. La probabilidad de que los virus salten en ese tipo de lugares es mucho más fácil.
Por otra parte, también está relacionado a cómo estamos destruyendo los ambientes naturales. Cada vez fragmentamos más y más los ambientes naturales y eso hace que entremos en contacto las personas con muchos animales y otras formas de vida, y eso ha sido causante de distintos brotes y distintas epidemias.
Creo que es un buen momento para reflexionar sobre el ambiente que necesitamos para vivir y lo peligroso que pueden ser algunas de nuestras acciones.
Muchas veces cuidar la biodiversidad parece hasta un lujo en países vulnerables o poco desarrollados como el nuestro, pero creo que estas cosas nos tienen que enseñar el valor de mantener un ambiente sano y de respetar las otras formas de vida. Tratar de llevar una existencia mucho más responsable en el planeta, sino van a seguir ocurriendo estas tragedias y situaciones mucho peores. Es un momento bueno para reflexionar de todo esto.
*Nota del editor: El trabajo de investigación mencionado a cargo de Proyecto Yaguareté se encuentra en curso. Por el momento continúan relevando los datos obtenidos a partir de las cámaras trampa, por lo que no se ha arribado a resultados ni conclusiones. Las imágenes adjuntas en esta nota son meramente ilustrativas, no son representativas de ningún análisis final sobre el impacto del cierre del Parque Nacional Iguazú al turismo.
Un comentario
La verdad es que los humanos deberiamos centrarnos en cuidar la naturaleza, deberiamos crear un grupo de policias que se dedique 100% al cuidado de animales salvajes y mas aun de especies en peligro de extinsion, entiendan que tenemos que hacer todo lo posible por crear un ambiente limpio con arboles que puedan eliminar la carga exesiva de CO2
Todo por un bien comun