Hace más de 20 años, un hombre australiano logró hacer realidad su sueño de trasladarse a vivir en una isla desierta, te contamos como son sus días
La mayoría de las personas, en algún momento de sus vidas, han contemplado la idea de alejarse, de evadir la rutina diaria y dejar atrás su presente. Sin embargo, son pocos los que se animan a abandonar completamente todo y escapar.
David Glasheen, un hombre australiano, logró materializar esas intensas ganas. Hace más de 20 años, optó por un rumbo diferente: se fue a vivir a una isla desierta. En los años 80, Glasheen disfrutaba de una vida lujosa en Sídney junto a su familia, siendo multimillonario y con una fortuna que rondaba los 30 millones de dólares.
En el año 1987, el «Lunes Negro» desencadenó un colapso en los mercados a nivel global, dando lugar a una crisis sin precedentes. En esa jornada, David experimentó la pérdida de alrededor de 7 millones de dólares. A partir de entonces, su fortuna se esfumó por completo.

Tras su separación de la esposa, David entabló una relación con una mujer de Zimbabue que pronto se convirtió en su novia. Ella le propuso la idea de vivir en una isla alejada de la ciudad, una oportunidad tentadora para alguien que había perdido todo en aquel momento. La perspectiva atrajo a Glasheen, quien comenzó a investigar y descubrió que era factible arrendar una porción de tierra en una isla al norte de Australia. Así, alquiló un tercio de la extensión total de la isla.
Aunque esta vida prescinde de comodidades, logra cubrir lo esencial. Sin embargo, su situación es solitaria, dado que tanto su novia como su hijo no soportaron la experiencia y regresaron a la ciudad. Por momentos, David se siente solo. No obstante, él asegura que su elección le ha brindado una satisfacción más que suficiente.
Restoration Island recibe escasas visitas, limitándose a navegantes y unos pocos intrépidos aventureros. Este rincón siempre enfrenta riesgos, ya que se encuentra rodeado por la presencia constante de cocodrilos, tiburones y arañas.