Alarma en Brasil: un brote viral pone en jaque a los últimos guacamayos azules libres del mundo

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Una grave emergencia ambiental amenaza la supervivencia de una de las aves más emblemáticas del planeta. Los últimos 11 guacamayos de Spix que aún viven en libertad en Brasil fueron diagnosticados con circovirus, una enfermedad viral incurable y potencialmente letal que afecta el pico y las plumas de estas aves, según confirmaron autoridades brasileñas.

La especie, conocida mundialmente por protagonizar la película animada “Río”, había sido declarada extinta en la naturaleza hace 25 años. Recién en 2020 comenzó un ambicioso programa de reintroducción para devolver al guacamayo azul a su hábitat original en la región de la caatinga del estado de Bahía, en el noreste del país.

Un golpe al programa de recuperación

El diagnóstico se realizó luego de capturas preventivas realizadas en noviembre, cuando los especialistas observaron síntomas compatibles con la enfermedad y enviaron muestras a laboratorio. El Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio) confirmó que todos los ejemplares silvestres liberados y sobrevivientes dieron positivo al virus.

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“El circovirus no tiene cura y en la mayoría de los casos resulta mortal para las aves”, señalaron desde el organismo, aclarando que no representa un riesgo para los humanos.

Desde el inicio del programa se habían liberado cerca de 20 guacamayos de Spix, pero actualmente solo 11 permanecen con vida en libertad. A la situación se suma que otros 21 ejemplares en cautiverio, alojados en un centro de cría en Bahía, también fueron diagnosticados con la misma enfermedad.

En total, se estima que la población mundial ronda apenas los 90 individuos, la mayoría repartidos en distintos centros de reproducción, incluyendo 27 ejemplares en el zoológico de San Pablo. Todos pertenecen a una de las especies de psitácidos más raras del planeta.

Una enfermedad devastadora

El circovirus provoca la conocida “enfermedad del pico y las plumas”, una dolencia crónica que causa deformaciones físicas, debilitamiento del sistema inmunológico y alta mortalidad en loros y guacamayos. Las autoridades todavía investigan cómo se originó el brote, aunque el impacto ya es considerado uno de los mayores retrocesos para la recuperación de la especie.

Desde el centro de cría BlueSky, encargado de manejar parte de la población afectada, intentaron transmitir calma y aseguraron que algunos guacamayos sudamericanos presentan mayor resistencia al virus, señalando que ciertos ejemplares ya habrían dado negativo en pruebas recientes. Sin embargo, el panorama general sigue siendo crítico.

Irregularidades y sanciones

A raíz del brote, el ICMBio multó al criadero BlueSky por incumplimiento de medidas de bioseguridad, con una sanción que rondaría los R$ 1,8 millones (unos USD 336.000). Inspectores detectaron comederos sucios y contaminados con heces, así como personal sin equipos de protección adecuados al manipular a las aves.

La analista ambiental Cláudia Sacramento, citada por medios brasileños, calificó la situación observada en el establecimiento como “muy grave”, describiendo recintos sin limpieza diaria y serias falencias sanitarias.

Tensiones internacionales

El brote también reavivó conflictos institucionales. En 2024, Brasil rompió su alianza con la Asociación Alemana para la Conservación de Loros Amenazados (ACTP), que controla el 75% de los guacamayos de Spix registrados en el mundo, luego de que la organización vendiera 26 ejemplares a un zoológico privado de India sin autorización oficial.

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El escándalo generó fuertes cuestionamientos sobre las debilidades legales en la comercialización de especies criadas en cautiverio. El biólogo sudafricano Cromwell Purchase, responsable de BlueSky, abandonó el país tras el conflicto y denunció que las autoridades estaban dispuestas a “sacrificar las ararinhas” para clausurar el proyecto.

Un futuro incierto

Mientras continúan las investigaciones, el criadero informó que reforzó los protocolos sanitarios, aisló a ejemplares no afectados y levantó barreras para evitar el contacto entre aves silvestres y cautivas. A pesar de la gravedad del brote, los responsables del centro señalaron que muchos guacamayos infectados mantienen su vitalidad, capacidad de vuelo y apetito, un pequeño rayo de esperanza en medio de la crisis.

Sin embargo, los especialistas coinciden en que la aparición del circovirus coloca en una situación límite a la recuperación del guacamayo de Spix, una especie símbolo de conservación que hoy vuelve a enfrentar el riesgo real de desaparecer definitivamente, incluso tras décadas de esfuerzos internacionales por salvarla.

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