Las pirámides de Guiza, testigos de la grandeza del antiguo Egipto, ahora tienen un nuevo guardián: Apollo, un perro callejero que ha sorprendido al mundo al escalar hasta la cima de estas majestuosas estructuras.
Todo comenzó cuando el parapentista Alex Lang captó en video a Apollo ladrando a las aves desde la Gran Pirámide de Kefrén, a más de 130 metros de altura. La imagen se volvió viral, y pronto los visitantes comenzaron a notar que él no estaba solo: otros perros seguían sus pasos y habían hecho de las pirámides su hogar.

Nacido en una grieta de la pirámide, Apollo sobrevivió a duras condiciones desde cachorro y se convirtió en el líder de la manada. Su historia ha generado fascinación entre los turistas, quienes buscan conocerlo y fotografiarlo, mientras los guías explican su inesperada conexión con este sitio histórico.
Su creciente fama ha impulsado la venta de souvenirs y motivado iniciativas para mejorar la vida de los animales en la zona. Organizaciones de rescate y el gobierno egipcio trabajan en la instalación de comederos y un centro veterinario permanente, con la esperanza de que la historia de Apollo ayude a visibilizar la situación de los perros callejeros en Egipto.

Por ahora, Apollo sigue escalando pirámides y cautivando a todos los que visitan este legendario rincón del mundo. ¿Será que los antiguos faraones le habrían dado su bendición?