Ante la ausencia total de visitantes, el Gobierno de Ecuador aprovechará la oportunidad para estudiar cuál es el comportamiento de las especies nativas, endémicas e introducidas en 34 zonas turísticas de las Galápagos, así como de la calidad de su agua y los impactos en los fondos marinos.
Del mismo modo, una vez que se reactive el turismo en la zona (recordemos que es su principal fuente de ingresos), se medirán los cambios generados, y se irá evaluando el comportamiento del ecosistema de las islas.
A través de un comunicado, el Ministerio de Ambiente de Ecuador anunció la realización de un importante estudio para medir el impacto del turismo en el archipiélago de las Islas Galápagos.
Según se informó, la Dirección del Parque Nacional Galápagos, en colaboración con la Universidad San Francisco de Quito, a través del Instituto de Ecología Aplicada, el Galapagos Science Center y la Fundación Charles Darwin, ya se está aplicando un plan de monitoreo en sitios turísticos de mayor afluencia.
El plan también contempla intervenir 34 sitios de visita terrestres y marinos del archipiélago, situado a unos 1.000 kilómetros de las costas continentales ecuatorianas y declaradas en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.
La investigación de campo incluye la recolección de información sobre el estado de erosión del suelo, cobertura vegetal, calidad del agua e impactos en los fondos marinos, además de la constatación de indicadores biológicos, como el tipo y abundancia de especies nativas, endémicas e introducidas; indicadores de manejo como niveles de seguridad; y estado de la infraestructura. Y los resultados se obtendrán de manera progresiva entre junio y septiembre de 2020.
El estudio permitirá conocer el impacto de la paralización turística en los sitios de visita y la capacidad de resiliencia de los ecosistemas que lo conforman.
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