En Afganistán, hay varios tanques de guerra abandonados, estacionados como un recordatorio constante de los combates y conflictos violentos. Afortunadamente, la artista iraní Neda Taiyebi ha intervenido y está encontrando otro uso para ellos.
Con su arte ha reinventado los recipientes abandonados en Kabul, Afganistán, adornándolos con motivos coloridos que incluyen frutas y flores, así como diseños geométricos en forma de remolino.
Los vehículos inmovilizados de la era soviética están cubiertos de arte de arriba a abajo, y su apariencia ofrece un marcado contraste con el paisaje circundante de llanuras polvorientas. La obra de arte alegre evoca un sentido de juego e invita a los niños a trepar sobre ellos.
Taiyebi se mudó a Kabul desde Teherán en 2015 con la intención de comenzar una revista de arte. Pero una vez que llegó allí, se dio cuenta de que había pocas oportunidades para que eso sucediera. Entonces decidió abordar los tanques que ocupaban el paisaje.
«En Kabul, no puedes encontrar ningún lugar para sentarte y simplemente disfrutar, solo para el placer de tus ojos», dijo Taiyebi en ese momento.
Ella decoró los tanques con cosas coloridas que vio en Kabul: los carritos de frutas y las tiendas de flores.
La interpretación obvia de la pintura de Taiyebi es política, pero ella insiste en que ella «no es una activista, no es la voz de los oprimidos», y que su razón para decorar los vehículos es práctica. Simplemente, hay muy pocas áreas para que los niños se diviertan y sean niños; su arte público les ofrece un lugar para hacerlo. Y en su obra de arte animada y optimista, también podrían imaginar un futuro brillante.
La artista iraní Neda Taiyebi ha reinventado los tanques de la era soviética en Kabul, Afganistán, con diseños pintados de colores brillantes que agregan un color optimista al paisaje polvoriento.