El 2018 tuvo a varias playas del Caribe con un fenómeno ambiental que tuvo en jaque la experiencia de los turistas que arribaron especialmente durante la primera mitad del año, y también la imagen de la región: la presencia masiva del sargazo.
Tan fuerte fue el impacto que no sólo se vieron canceladas reservas y muchos otros destinos comenzaron a quitarles visitantes a esta región de México, que el sector público y privado ya habla de una temporada de sargazo dentro del año turístico del destino, y analizan cómo seguir de cara al 2019 y frente a un problema que amenaza nuevamente con poner en jaque la actividad.
Son algas marinas de color marrón, que desde 2015 llegan a las playas de la región en cantidades poco usuales. Una vez que se acumulan en la orilla y se descomponen general malos olores que alejan a los turistas.
Para frenar el efecto del sargazo en el Caribe mexicano se requiere la participación de los tres niveles del Gobierno con los sectores empresarios y académicos, aseguró el secretario mexicano de Turismo, Miguel Torruco Marqués: «El objetivo es analizar y buscar soluciones viables sustentables para combatir sus efectos en playas del Caribe mexicano», explicó Torruco en una reunión sobre el tratamiento del problema del sargazo en Puerto Morelos, estado mexicano de Quintana Roo.
Para encarar la contingencia, sostuvo, se deben gestionar recursos internacionales y que su solución ser consensuada con otros gobiernos de la zona del Caribe afectados por este fenómeno.
Planes para combatir este fenómeno
Rosa Rodríguez, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Unidad Puerto Morelos, señaló que la recomendación sigue siendo recoger el sargazo antes de que toque las playas, se acumule y se descomponga, lo cual mata los pastos marinos y los arrecifes de coral.
El protocolo para combatirlo contempla la construcción de una planta industrial, para secar y compactar el sargazo, lo cual requiere de una inversión de 5,22 millones de dólares
El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, recordó que la problemática fue abordada con medidas urgentes en busca de disminuir el impacto del sargazo sobre la actividad turística, la más importante en la región: «La lucha contra el sargazo nos permite proteger los miles de empleos que el turismo genera para nuestra gente».
Parte de la estrategia es la detección, que busca monitorear en tiempo real el sargazo y así recabar información más precisa con respecto a su localización y cómo anticiparse.
Un segundo eje apunta a la contención en alta mar con embarcaciones que eviten su desembocadura en la playa para disminuir su impacto.
La recolección en la playa, el transporte y su aprovechamiento, así como el monitoreo de la calidad del agua en la costa y del aire, completarían las estrategias.
Como medidas de mediano y largo alcance se proponen estudios de impacto socioeconómico, investigaciones de aprovechamiento y disposición sustentable, desarrollo tecnológico, planificación territorial y relaciones internacionales en torno a esta problemática que afecta a 21 países en el mundo.
Patricia Hernández Goñi/EFE