El circo romano, junto con el teatro y el anfiteatro, constituía el epicentro del entretenimiento en la antigua Roma. Mientras que el Coliseo y los teatros romanos son fácilmente reconocibles hoy en día, los circos romanos suelen decepcionar a los visitantes con sus ruinas casi irreconocibles. Sin embargo, hay una excepción notable: Afrodisias, en Turquía, alberga el circo romano mejor conservado del mundo.
Basado en los estadios griegos, el circo romano era el escenario de las famosas carreras de carros tirados por caballos, un espectáculo de élite en la antigua Roma. La arena ovalada, dividida por una valla central llamada spina, ofrecía un escenario impresionante para estas competiciones. Rodeando la pista, las gradas albergaban a una multitud ávida de emociones.
Los espectáculos circenses eran eventos políticos y sociales de primera magnitud en la Roma antigua. Durante los días de celebración, toda actividad comercial y profesional se suspendía para permitir que la población asistiera. Este fenómeno, combinado con la organización gratuita de los espectáculos para los más desfavorecidos, llevó a que fueran considerados un derecho ciudadano esencial.
La importancia del circo en el mundo romano se refleja en su arquitectura monumental. Los circos romanos, como el Coliseo, podían extenderse por cientos de metros, albergando a decenas de miles de espectadores. Sin embargo, una vez abandonados, la mayoría de estos edificios cayeron en el olvido, sus enormes espacios ocupados por nuevas construcciones.
En contraste, Afrodisias ha conservado su circo romano de manera excepcional. Con 270 metros de longitud y una capacidad para 30,000 espectadores, el circo sigue siendo imponente después de 2000 años. Las inscripciones en algunos asientos revelan su antigua jerarquía social, mientras que las ruinas circundantes ofrecen una visión fascinante de la vida en la antigua Roma.
Abandonada tras sufrir terremotos en el siglo VII, Afrodisias y su museo se destacan como uno de los legados arqueológicos más singulares del Imperio romano en el Mediterráneo. Una visita a este sitio revela una época de grandeza y entretenimiento que ha resistido la prueba del tiempo.