Así fue nuestra primera experiencia haciendo Housesitting

Singapur
Redactor
¡Valora esto!

Veníamos postulándonos antes de salir de Buenos Aires, Argentina, pero las oportunidades siempre nos hacían pito catalán, así que, poco a poco fuimos desistiendo.

Nos parecía una combinación perfecta, la de cuidar casa y animalito en nuestro plan de viaje indefinido. Habíamos leído tanta información sobre hacer Housesitting antes y después de armar nuestro perfil. Pero durante algún tiempo ese perfil juntó polvo y telaraña, las primeras negativas nos habían desanimado, así que intentábamos de forma tímida cada tanto.

Pero volvimos a postularnos con fuerza y empeño cuando pisamos Asia. Los meses, aunque pocos, ya nos pedían un poco de hogar. Extrañábamos cocinar, la compañía de un animalito y las fiestas de fin de año nos pisaban los días.

Pablo leyó el anuncio de Kate y Andy, una pareja de ingleses que vivían en Singapur por trabajo y que se ausentaban por 15 días de su casa y necesitaban que alguien cuidara de Lynx, un gato hermoso de casi 8 kg y pelo largo, un señor gato. Me consultó si postulábamos y más por costumbre que por fe, le dije que sí. Tuvimos una respuesta positiva de forma bastante inmediata y era tanta nuestra sorpresa que mantuvimos la noticia guardada por mucho tiempo. Hasta que no estuvimos en el aeropuerto no lo publicamos en ningún lugar.

El 22 de diciembre nos encontrábamos tocando timbre en el condominio más laberíntico que hayamos conocido. Bajó Andy a recibirnos porque sin tarjeta no íbamos a poder subir (primera anotación mental), durante los tres pisos que nos conducían hasta el que sería nuestro hogar por unos días, fuimos charlando un poco de cosas triviales como cualquier otra charla de ascensor. Llegamos, nos descalzamos, Andy abrió la puerta y dejamos los bolsos, yo no quería mirar mucho la casa pero sentía que ya me gustaba.

Había un gran ventanal que dejaba ver la piscina y entrar mucha luz, un sillón frente a una pantalla de tv grande (como la que vemos en los shopping y pensé que nadie se compraría), una mesa con hojas y muchas lapiceras por todas la casa (se nota que Kate es profe, porque tenía muchas lapiceras de tres colores que se repetían, rojo, verde y azul), una biblioteca muy nutrida en donde lamente no saber mejor inglés y un desayunador que comunicaba con la cocina (el bien más preciado para un vegano que viaja, pensé) .

Kate se acercó a saludar y Lynx apareció corriendo con su cola en alto y más frondosa que nunca. Deslumbrada, antes de saludar a Kate, me agacho para saludar a este peludo hermoso que ya me había conquistado. Mientras nos olfatea, los dueños de casa nos van dando todas las indicaciones, un poco rápido y bastante relajados. Separar las basura para reciclar, que come Lynx y sus horarios, que incluían despertarte a los maullidos en plena madrugada. Recuerdo que era una de las cosas en las que más hacían hincapié, el pedido en la web.

Estar dispuestos a levantarnos a darle comida a las 5 de la mañana, cuando Lynx se despertaba. Eso no podía más que llevarme a las mañanas en que Frida (mi gata, la que me enseñó de amor y con la que compartí mi vida en Baires) me despertaba cuando me quedaba dormida para ir al trabajo. Así que para ninguno de nosotros dos eso era un problema. Las explicaciones incluyeron el recorrido por la casa, mostrarnos nuestro cuarto que no era el mismo que el de los dueños de casa, enseñarnos donde se tiraba la basura que no se reciclaba, contarnos que venía dos veces por semana una señora a limpiar, darnos llaves y tarjetas de entrada y mostrarnos el camino al supermercado. Se notaba que Kate y Andy eran nuevos como nosotros en la plataforma, y que su mayor preocupación era Lynx, como fue para nosotros elegir familia para Frida.

Lynx es de una raza que se llama Maine Coon, pesa cerca de 8 kg y nunca pude levantarlo más de un minuto, tiene pelo largo, que nos turnábamos con Pablo en cepillar aunque el peludo a veces se resistiera. Fuimos conociendo la personalidad de Lynx con el paso de los días, qué cepillo le gustaba más, cuando quería mimos, cuando era suficiente, cuando nos quería engañar pidiendo comida, probando si sabíamos o no sus horarios, cuando habíamos excedido las horas de trabajo y se sentaba arriba de la compu para que la apagáramos. Lynx nos recordó cuánto amamos a Frida, cuánto aprendimos con ella del lenguaje de los gatos, de lo compañeros que son los animales si los dejamos.

Hacer Housesitting (cuidado de casas, en inglés) para nosotros es una combinación de lo que más extrañamos cuando viajamos. Una casa y un animal en cualquier lugar del mundo, es un plan perfecto.

Para quienes no conocen de qué se trata, les contamos que es un sistema de economía colaborativa, alguien con casa y/o mascota se va de viaje y no quiere dejar sola la casa y/o mascota y busca a un cuidador (seríamos nosotros en este caso) para quedarse en su casa durante el periodo que se ausente.

No hay intercambio de dinero y lo que nos parece loco pero lindo, es que todo está basado en la confianza. Hay varias plataformas, pero nosotros usamos dos (acá esta el link de descuento) Nomador (se utiliza mucho más para Europa) y TrustedHousesitters que es la más utilizada en Asia (esta última es con la que debutamos). Se paga una membresía anual que no es cara si pensamos que estaríamos ahorrando no sólo en alojamiento sino también un poco o bastante, en comida.

Cuando los dueños de casa se fueron, nos acomodamos e intentamos interactuar con Lynx pero se fue a dormir frente a la ventana, no quería saber mucho de nosotros. Algo que nos pareció lógico, conociendo a los gatos y su humor.

A medida que iban pasando los días Lynx se dejaba querer cada vez más y nosotros sabíamos que lo íbamos a extrañar también, más. Comenzó a dormir con nosotros, a su manera (a mitad de la noche, solo en el piso, otras en la cama) y nosotros festejamos bajito para que no se diera cuenta.

Y a solo dos días de conocernos con este gordo peludo bello, dejamos los festejos en Orchard Rd porque queríamos recibir la navidad con él. Nosotros dos, que no creemos en papá Noel sentimos que queríamos estar en familia. Después de todo, no éramos tan distintos Lynx y nosotros. Estábamos lejos de los nuestros, en un día que casi todos se reúnen con su tribu.

Así nos fuimos conociendo y cada uno a su manera, sabía que cuando llegara la despedida de lo que convertimos en hogar durante 15 días, iba a ser triste.

Una de las cosas que compartimos con Pablo es lo importante de los vínculos que forjamos durante los viajes y si ese vínculo es con un animal, aún más. Yo aprendí (todavía lo hago) de la mano de Pablo a relacionarme con los animales, él tiene un imán (yo digo que les copa su energía) con todos los animales, así que sabía que la despedida iba a ser difícil. Sin embargo, cuando fui a armar mi bolso, fue a mí a quien Lynx eligió para hacer piquete, y yo sentí como otra vez se me estrujaba el corazón.

Lynx me supo acompañar un día que estuve muy triste (si! cuando se viaja también hay días caca) yo que no era su humana de siempre, sentí después de 5 meses el amor gatuno, como si Frida me visitara desde otro continente vistiendo otro pelaje para cuidarme como lo hacía las noches de pesadilla. Ahí entendí que los animales tienen un alma simple, que no quiere decir fácil, estar para alguien cuando lo necesita, sin importar si nos conocemos de siempre o hace 15 días.

Como ven, nuestra primera vez haciendo Housesitting fue mejor de lo que podríamos haber soñado. Te animamos a que si sos de los que les gusta viajar lento, disfrutas pasar tiempo en casa y sobre todo (nosotros creemos que lo más importante) te gusta compartir tiempo con los animales, es una hermosa experiencia para vivir mientras viajas.

Usando este enlace podés tener un descuento del 25% en tu próximo viaje!

¡Valora esto!

8 comentarios

  1. Excelente, me encantó sus posteos en las redes, y su pagina me parece espectacular, ademas de brindar experiencias para quienes viajamos, nos da algunos tips para tener en cuenta en cada lugar, no solo de viaje, sino que ademas tiene el plus de los lugares para comer.

  2. Es genial poder leer las experiencias y los tips para viajeros que deseamos hacer lo mismo pero que nuestro coraje y temor aun no permite.
    Mas aun, me identifico como Argentino (y como amante de los animales)

  3. Hola Chicos! Muy buena la explicación. Siempre dudo justamente porque pienso que hay mas oferta para cuidar de que demanda y empezar es la más difícil. Después de esta experiencia, siguieron enviando solicitudes, si es así que ha pasado- Gracias y un saludo!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *