Así suena el «silbato de la muerte» que utilizaban los antiguos aztecas

silbato de la muerte azteca
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Hoy los silbatos son un elemento reconocible y utilizado con diversos fines, pero ¿para qué se utilizaban en la antigüedad?

Por décadas, los arqueólogos en México han encontrado en varios yacimientos arqueológicos, a lo largo y ancho del país, flautas y pitos de roca, arcilla y hueso.

Los sonidos que emiten estos silbatos parecen imitar al viento y a ciertas aves, pero hay unos que han llamado la atención en particular, y son los que producen gritos y aullidos aterradores.

En 2014, se hizo viral el video de un silbato fabricado como hacían los aztecas por el músico mexicano Xavier Quijas Xyayotl que emitía un ruido perturbador.

Según explica el etnomusicólogo Gonzalo Sánchez Santiago en la revista Arqueología Mexicana, Franco los llamó «silbatos bucales» y encontró que todos compartían una forma de paralelepípedo, con una ranura en uno de los cantos y perforaciones en ambas caras que forman algo conocido como «cámara de caos», una especie de resorte de aire que brindaba máxima potencia al sonido.

Años después, el ingeniero Roberto Velázquez Cabrera hizo una exhaustiva investigación, en la que identificó un grupo de silbatos que él mismo llamó «silbatos de la muerte».

Este término surgió en 1999, a raíz del hallazgo de los restos de un hombre, de cerca de 20 años de edad, que había sido sacrificado en lo que es hoy el yacimiento arqueológico de Tlatelolco, en Ciudad de México.

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Tlatelolco fue el último bastión de los aztecas durante la conquista. El complejo arqueológico fue tragado por la ciudad.

En cada una de sus manos, el arqueólogo Salvador Guilliem Arroyo encontró dos silbatos de cerámica, decorados con la forma de una calavera humana.

Velázquez Cabrera, además, pudo manipular un silbato con una pieza rota, a través de la cual se podía ver, intacto, su diseño interior. Ese en particular fue encontrado por el arqueólogo Francisco Rivas Castro en el sitio arqueológico de Mazatepetl, en la delegación Magdalena Contreras, en Ciudad de México.

«Un modelo de potencia similar al del Mazatepetl, lo podemos moldear y armar en cerca de diez minutos, pero tuvimos que practicar más de un año, para producir copias que generen un nivel similar de potencia acústica», escribió Velázquez Cabrera en un artículo titulado «Silbato de la muerte».

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¿Rituales, guerra o salud?

Existen varias referencias al uso de silbatos en algunas crónicas de la época colonial.

El misionero franciscano Bernardino de Sahagún describió cómo en una fiesta dedicada a Tezcatlipoca, dios azteca de la noche, se «sacrificaba un joven honrado como representación del dios en la tierra, guarnecido con todos sus atributos, entre ellos un silbato, con el que producía un sonido semejante al del viento nocturno por los caminos».

Esto explicaría por qué los restos del joven sacrificado en Tlatelolco tenía dos silbatos de calaveras en sus manos. Ese lugar arqueológico era un templo de Ehecatl, dios azteca del viento.

«El hecho que dos silbatos de la muerte se hayan encontrado entre las manos de un personaje sacrificado de un entierro en un recinto ceremonial de Ehecatl indica que se pudieron usar en rituales de la muerte relacionados con ese personaje y/o algo de su mitología asociada como el viento, para llamar la lluvia, si ese era el propósito de los sacrificios humanos», escribió Velázquez Cabrera.

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Las figuras de Ehecatl, dios azteca del viento, se caracterizan por lucir un pico de pájaro en la boca. Esa forma es similar al corazón sonoro de los silbatos aztecas.

Velázquez Cabrera reconoció el uso bélico que también pudieron tener estos silbatos.

Además, encontró que la boquilla no tenía ninguna utilidad sonora, sino que servía para «dejar libres las manos para otros usos, como la formación de un resonador externo variable con las manos o para manejar al mismo tiempo otro artefacto».

Así, podrían haber empuñado armar o tambores mientras rugían con el silbato.

El ingeniero, además, pensó en aplicaciones para la salud. «Si se tocan dos silbatos de la muerte simultáneamente, se producen batimentos infrasónicos complejos que generan estados de alterados de conciencia; sicodélicos y alucinógenos», comentó en 2008 en una conferencia en el Museo del Templo Mayor, en Ciudad de México.

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El sitio arqueológico de Bonampak, en el estado de Chiapas, México, es muy rico en murales precolombinos que han permitido echar un vistazo a la vida cotidiana de los habitantes de la época. Aquí, se pueden ver indígenas tocando flautas.

«Por ejemplo, un silbato grande puede generar sonidos dañinos o batimentos infrasónicos que pueden tener efectos negativos en la salud, o, en el caso contrario pueden contribuir a la salud física y mental de las personas que los perciben», afirmó Velázquez Cabrera.

Fallecido en febrero pasado, Velázquez Cabrera criticó que algunos investigadores despreciaran los silbatos aztecas «porque los consideran juguetes», y afirmó que existe una «falta de políticas y programas de investigación y la ausencia de personal, instalaciones y equipos especializados e institucionales interesadas para desarrollar los estudios requeridos en este campo mexicano».

Quizás por ello, el verdadero uso del silbato azteca sigue siendo un misterio.

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Sonido aterrador

Un video que se viralizó en las redes sociales muestra cómo se supone que sonaba una pieza arqueológica llena de misterio. Conocido como “el silbato de la muerte”, los antiguos aztecas empleaban este artefacto durante sus batallas para producir un terrorífico ruido que desconcertaba a sus rivales

Con forma de calavera humana, rostro de lagarto o de mono, los aztecas utilizaban estos silbatos de la muerte durante las batallas. Por el aterrador sonido que producía, se asemejaba a los gritos desgarradores de los combatientes.

A pesar de su extrema antigüedad, los arqueólogos demostraron gran interés en el estudio de estos espeluznantes aparatos a finales del siglo XX, tras el hallazgo de varios cadáveres que reposaban junto a uno o varios de estos viejos artilugios.

En la actualidad, se puede encontrar una versión moderna de estos silbatos en plataformas de venta online como Amazon. Allí, un usuario llamado Chance Jensen, compró un silbato de la muerte azteca y mostró el escalofriante sonido que produce.

Jensen, de 49 años y originario de la ciudad de Phoenix en Estados Unidos, mostró a sus seguidores cómo sonaba el escalofriante objeto. El hombre había leído sobre el horrible sonido que producía, pero se dio cuenta de que hacía falta una gran capacidad pulmonar para hacerlo.

Por esta razón, decidió experimentar con un soplador de hojas para ver si funcionaba y las imágenes del estremecedor sonido se viralizaron de forma instantánea en las redes sociales.

El video de YouTube alcanzó rápidamente miles de reproducciones por el inusual ruido que espantó a todos los usuarios de la plataforma. Varios de ellos dejaron comentarios para opinar sobre las semejanzas de ese extraño sonido con otroLas figuras de Ehecatl, dios azteca del viento, se caracterizan por lucir un pico de pájaro en la boca. Esa forma es similar al corazón sonoro de los silbatos aztecas.s elementos conocidos, mientras que muchos otros lo catalogaron como “simplemente aterrador”.

Sin embargo, algunas personas se tomaron con humor el espantoso ruido del silbato y dejaron mensajes divertidos. “Se parece al ruido que hace mi auto”, escribió un usuario. “Es igual a un grito de una película de terror. Parece que los aztecas eran amantes del cine”, publicó otro.

De una u otra manera, se puede apreciar en el video que el sonido que produce este artefacto es terrorífico y seguramente no fue una experiencia agradable escucharlo antes de un combate cuerpo a cuerpo.

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