Los transeúntes y residentes de la zona se encontraron el pasado lunes por la noche con un movimiento inusual en una tienda en desuso situada en Church Street. El local, ubicado exactamente en la esquina, cuenta con grandes ventanales de vidrio y desde ahora estará adornado con un gran letrero que reza «Gross Domestic Product«.
Se trata de Banksy, el artista británico que es reconocido por su misteriosa identidad y que se ha posicionado como un referente del graffiti a partir del éxito de esta expresión a finales de los años 80. En gran parte, su trabajo comprende a partir de graffitis y pintadas, la realización de obras satíricas sobre política, cultura pop, moralidad, etnias.
En consonancia, esta mini exhibición de arte emerge como una protesta contra una compañía de tarjetas de felicitación. Y como curiosidad, a diferencia de otras tiendas, el local de Bansky mantendrá las puertas cerradas y las luces encendidas las 24 horas, como si se tratara de una exposición para que el público pueda apreciar el género antes de adquirirlo por compra online.
La propuesta de Bansky indica que allí se venderán sus obras y objetos «imprácticos» y «ofensivos» con fines benéficos y en gran parte con el propósito de defender su marca y autoría artística. Al respecto, afirma:
«Una compañía de tarjetas de felicitación está impugnando la marca registrada que poseo para mi arte, e intentando tomar la custodia de mi nombre para que puedan vender su mercancía falsa de Banksy legalmente»
Según informó el mismísimo Bansky en sus redes sociales, las puertas de la tienda nunca se abrirán, pero los artículos podrán encontrarse en exhibición durante las próximas dos semanas y están disponibles para comprar en línea desde £ 10.
Se estima que, con la recaudación del dinero a partir de la venta de sus productos, Bansky dedicará esos fondos a «comprar un nuevo barco de rescate de inmigrantes para reemplazar el confiscado por Italia«.