El artista callejero británico Banksy, que muy bien ha sabido destacarse ante el mundo por su labor humanitaria con graffitis políticos y sociales, ha protagonizado un nuevo ejemplo de su arte urbano. Esta vez, la locación elegida ha sido la ciudad de Bristol y el motivo del nuevo diseño resume todo lo que hemos atravesado en este particular y caótico año.
Se trata ni más ni menos de un estornudo, acción a la que hemos temido prácticamente todo el año, ilustrado en una de las calles con mayor pendiente de la ciudad inglesa de Bristol: definitivamente un spot imperdible que desde ahora dará lugar a las más creativas fotografías.
La imagen plasmada sobre la pared muestra a una abuelita, con un típico pañuelo atado a la cabeza, su bastón y su bolso que se quedan atrás cuando un estornudo tan fuerte la sorprende, haciendo que su dentadura postiza salga volando. Sin dudas, la elección del lugar no es casual, Banksy vio la oportunidad de recrear un juego óptico para que parezca que de la fuerza del estornudo las casas o incluso las personas que pasen cerca salen despedidas.
La calle es Vale Street, en el área de Totterdown. Vale Street es, además, considerada como la calle más empinada de todo el país, con sus 22 grados de inclinación. Este lugar es característico porque es donde los vecinos ‘atan’ sus coches a las farolas cuando en invierno hiela el asfalto. Allí, Banksy, con nocturnidad y alevosía, ha decidido plantar su nueva creación.
Un dato curioso es que la casa donde fue pintado el graffiti se encontraba a la venta. La propietaria de la casa la vendía de 300.000 euros y ahora se ha visto interesada en paralizar la operación ya que la casa podría valuarse a partir de esto en unos más de 5 millones.
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