Se están invirtiendo 947 millones de euros en la escena cultural de la ciudad, aunque una nueva autopista ha puesto en riesgo de cierre muchos lugares históricos de vida nocturna.
Berlín, la capital y ciudad más grande de Alemania, está prácticamente repleta de historia y cultura. Data del siglo XIII, alberga tres sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y es famoso por tener una de las escenas de vida nocturna más dinámicas y emocionantes del mundo.
Con todo ese patrimonio, no sorprende el anuncio de financiación para apoyar y desarrollar los espacios culturales de la ciudad. Se ha prometido la suma de 947 millones de euros (1.100 millones de dólares) para añadir 500 nuevos clubes nocturnos, locales, museos y teatros a los 2.000 espacios que ya están repartidos por la ciudad.
Joe Chialo, Ministro de Estado de Cultura y Cohesión Social, continúa con su compromiso de alentar a los jóvenes a volver a participar en la cultura y el patrimonio, que se vio en gran medida afectado por la pandemia.
Este increíble nuevo presupuesto para Berlín supone más del doble de la cantidad asignada al fondo de cultura inglesa para todo el año 2024. El fondo va de la mano del ‘jungendkulkarte’, un programa que ofrece 50 euros (454 dólares) a los jóvenes berlineses para pagar las entradas a los clubes.
Es evidente que Alemania le está dando a su patrimonio cultural un lugar mucho más alto en su lista de prioridades.
A pesar de la enormidad de esta nueva inversión y del enorme número de espacios que Berlín planea abrir, algunos clubes de la ciudad se enfrentan a una amenaza para su futuro.
Esto se debe a que una posible extensión de la autopista A100, que corre al norte del río Spree a través de Friedrichshain –uno de los barrios más cool de la ciudad, hogar de muchos famosos clubes nocturnos berlineses– significa que los locales están amenazados de cierre.
Entre los que están en riesgo se encuentran sitios importantes de la vida nocturna, incluido Else, un club de baile junto al río, About Blank, un complejo de techno industrial, y Wild Renate, un club y espacio de exhibición.
Pero la ciudad no se hundirá sin luchar. En respuesta a la propuesta de ampliación de la carretera, la escena de discotecas de Berlín ha respondido con protestas.
La semana pasada, 20.000 personas asistieron a una gran protesta, organizada en asociación con iniciativas locales y grupos climáticos que se oponen a la extensión de la carretera, que celebró el espíritu de la zona y pidió que se proteja su patrimonio cultural. Además, más de 1.000 personas del Ministerio de Transportes de Berlín llegaron en bicicleta en contra de la propuesta.
Otros factores seguramente jugarán a su favor. Desde que Alemania reintrodujo su deutschlandticket –un pase de viaje mensual superbarato– el uso del automóvil ha disminuido en un 16 por ciento, además la construcción de la nueva sección de la carretera probablemente costará 200.000 euros (214.000 dólares) por metro.
Un estudio de la comisión de clubes mostró que en 2018, los clubes nocturnos de la capital alemana generaron 1.500 millones de euros (1.600 millones de dólares) en ingresos, e incluso hay una campaña para que los clubes de Berlín sean reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, que comenzó en 2021. .
«Alcanzar el reconocimiento cultural es una manera de observar la importancia [de las discotecas] en Berlín y en todo el mundo», dijo Sophie Kahrmann, DJ y directora del club, a DW en 2022.
Con todo eso en mente –más la enorme inyección de dinero que recibirá la escena cultural de Berlín–, arrasar con algunos lugares históricos de vida nocturna de la ciudad parece superinconsistente. Esperemos que el apoyo y el desarrollo de la emblemática vida nocturna de Berlín siga siendo la máxima prioridad.