Boston, la capital y ciudad más poblada de la Mancomunidad de Massachusetts y considerada como una de las ciudades más antiguas de los Estados Unidos, se encuentra atravesando un momento de felicidad extrema. Algunos lo llaman «un pequeño milagro»: un zoo de la zona celebra el nacimiento de un bebé gorila, el primer macho de su especie en ser concebido en este lugar.
El suceso tuvo lugar en el zoológico de Franklin Park, un espacio conformado de unos 72 acres, ubicado en el estado de Boston. Allí, los especialistas asistieron al nacimiento de este ejemplar, considerado como una especie en peligro de extinción.
El pequeño primate nació por cesárea el 14 de octubre, luego de que su madre, Kiki, una gorila occidental de las tierras bajas de 39 años, sufriera de sangrado. Los médicos veterinarios actuaron de inmediato y hoy este bebé primate se encuentra estable.
Se trata de la quinta cría que ha tenido Kiki a lo largo de su estancia en el zoológico. Las otras dos más pequeñas se encuentran con ella en el zoológico Franklin Park, mientras que las dos más grandes residen en otros zoológicos acreditados por Species Survival Plan. Desde ya, se trata de animales que resultan una prioridad para el personal y los expertos del parque debido a su condición de peligro crítico en la naturaleza.
De hecho, este hermoso y simpático bebé gorila sorprendió a todos con su gran tamaño: mientras que normalmente las crías de la especie nacen pesando entre 1 y 2 kilogramos, este ejemplar sorprendió a todos al llegar al mundo con un peso de casi 3 kilogramos. Por el momento, se desconoce qué nombre eligieron desde el zoológico para bautizar al bebé gorila que enternece a todos.
Según han indicado desde la agencia de noticias Reuters, tanto la madre con la cría se encuentran muy unidas, generándose rápidamente un lazo de amor y cuidados entre ambos. Los primates son monitoreados constantemente por el personal del zoológico, siendo los encargados de que Kiki diera a luz de la mejor manera posible, los equipos del Zoológico de Nueva Inglaterra, el Hospital Brigham and Women’s y la Escuela de Medicina Veterinaria Cummings de la Universidad de Tufts.
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