Luego de que un aumento en la caza furtiva de rinocerontes en marzo dejara al menos seis rinocerontes muertos en el noroeste de Botswana, ahora los trabajadores del gobierno están tomando medidas para proteger a la especie.
Hace algunas semanas, Botswana anunció que estaba evacuando a sus rinocerontes negros en peligro de extinción a un lugar seguro para salvarlos de los cazadores furtivo.
Ahora, las autoridades han informado que han tenido que descornar a al menos cien ejemplares de rinocerontes salvajes, ya que una crisis de caza furtiva sin precedentes amenaza su supervivencia en el país.
El director interino del Departamento de Vida Silvestre y Parques Nacionales de Botswana, Cyril Taolo, explicó que tomaron esta decisión después de que en los últimos dos años la población de rinocerontes negros y blancos se haya visto mermada debido a la caza ilegal.
«Era necesario para nosotros llevar a cabo esta operación con urgencia para proteger a nuestra población de rinocerontes, así como para garantizar nuestra reputación como un país de refugio seguro para la vida silvestre», ha dicho Taolo.
El Gobierno dijo que al menos 56 de los animales han sido asesinados por cazadores furtivos en los últimos dos años, lo que representa el peor ataque desde que la población de rinocerontes negros de Botswana fue aniquilada en 1992.
La población de estos grandes mamíferos ha sido diezmada en los últimos años y, aunque no se sabe con exactitud cuántos de estos animales pacen en Botswana, apenas quedan 300 ejemplares en cautividad.
Por otro lado, las autoridades veterinarias del país han aclarado que los rinocerontes no sufren al retirarles los cuernos, pues no «existe sensibilidad» en esa parte de sus cuerpos. En palabras del doctor veterinario Mmadi Reuben, se trata de un «procedimiento equivalente al corte de uñas en los humanos».
El programa de descornado estará acompañado por un aumento de las operaciones contra la caza furtiva, afirma Mmadi Reuben, el principal oficial veterinario del Departamento de Vida Silvestre y Parques Nacionales.
De acuerdo con la ONG Rhino Review, los cuernos de estos paquidermos se venden en el mercado negro asiático por casi 40.000 dólares el kilo.
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