Cambiaron su forma de viajar y así cambió su manera de ver el mundo

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Redactor
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German y Florencia son dos argentinos que comenzaron a viajar hace 6 años. Dejaron todo atrás para cumplir el sueño que los unió desde el principio: dar la vuelta al mundo. Tenían todo planeado: itinerarios, vuelos, escalas, pero lo que no estaba en los planes era todo lo que iban a vivir más adelante.

Desde un comienzo se propusieron viajar por el mundo visitando los lugares que desde pequeños habían visto en libros, como Paris, Roma, Barcelona y muchos otros sitios icónicos. Luego de un tiempo viajando y, en especial, después de vivir las diferentes realidades sociales comenzaron a entender que se podía viajar con un significado y con un valor.

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El simple hecho de desviarse de la ruta tradicional del turista, el encontrarse perdidos (y aveces sin dinero) los obligó a viajar por lugares que no aparecían en las guías de viaje. En ese momento comprendieron que lo mejor que te puede pasar mientras viajás es perderte, elegir otra ruta, romper los planes y ver «el mundo que no nos cuentan«.

Estaban frente a nueva forma de viajar, ya no se trataba de obtener la mejor foto, ni de visitar los lugares mas emblemáticos del mundo, sino más bien de conectarse con lo mas profundo de las realidades humanas y tratar de dejar una huella en cada lugar que visitan.

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Al recibir la calidez de cientos de personas que los ayudaron durante su viaje entendieron que aún con poco se puede hacer mucho, sobretodo por aquellas personas que están en una situación de necesidad. Espontáneamente surgió la idea de compartir con otras personas todas las habilidades y conocimientos que poseían improvisando talleres en lugares remotos, como la cordillera pre Tibetana en Litang, China, en los barrios humildes de Angra o en los basurales de Manila en Filipinas.

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Viajando por China conocieron a otros viajeros con la misma filosofía de vida y fue así como entre todos le dieron nombre a lo que es hoy el movimiento «De la mano por el mundo», que tiene como objetivo llevar oportunidades a comunidades vulnerables por medio de la educación y el arte.

German y Florencia dejaron la guía viajera de lado, ya no buscan las playas o los lugares, buscan historias y personas. Estos dos viajeros comenzaron a devolver al mundo un poco de lo que el mundo les había dado. El viajar desarrolló en ellos un gran sentido de empatía por las personas que viven situaciones muy extremas de pobreza y marginalidad.

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