Chile enfrenta una sequía histórica de 13 años, producto de los cambios de temperatura que imperan en la región y este acontecimiento se encuentra estrechamente ligados al cambio climático. En la zona central del país se encuentra el embalse de Peñuelas. El mismo, que antes era la principal fuente de agua de la ciudad de Valparaíso, hoy será aproximadamente de un diámetro cercano a dos piscinas.
Las temperaturas que intervienen en los deshielos de los Andes han subido de tal manera que el deshielo se produce directamente al estado gaseoso, y no al líquido, desabasteciendo así de agua la región.
En el medio de la sequía, entran en conflicto intereses por el agua en un país donde la minería es una de sus principales actividades económicas. El agua es producto de tensión entre la agricultura y el litio en la minería. Mientras esto ocurre, en la capital chilena ya se están debatiendo proyectos para racionar el agua.
Detrás del problema, según han encontrado estudios académicos, hay un cambio global en los patrones climáticos que agudiza los ciclos climáticos naturales.
Normalmente, las tormentas de baja presión del Pacífico descargan precipitaciones sobre Chile en invierno, recargan los acuíferos y llenan de nieve las montañas de los Andes.
Pero el calentamiento natural del mar frente a la costa de Chile, que bloquea la llegada de las tormentas, se ha intensificado por el aumento de la temperatura global del mar, según un estudio sobre la temperatura del mar y los déficits de precipitaciones. Mientras tanto, el agotamiento del ozono y los gases de efecto invernadero en la Antártida exacerban los patrones climáticos que alejan las tormentas de Chile, según un estudio sobre las variables que afectan el clima antártico.
«Los animales se están muriendo y ya no hay nada que hacer aquí en la laguna», declararon los pobladores a una agencia de noticias. «Si no llueve este año, nos quedaremos sin nada que hacer».