San Martín Tilcajete es una pequeña ciudad a unos treinta kilómetros (aprox.) de la ciudad de Oaxaca. Se encuentra en la llamada Ruta de las Artesanías y es muy conocida por sus alebrijes (esculturas tradicionales que representan animales fantásticos). Para la producción de alebrijes se requieren tallado en madera, habilidades de pintura y mucha imaginación, y se aprovechan estas mismas habilidades para fabricar los trajes que separan el carnaval de la ciudad de cualquier otra celebración en México.
Las caras retratadas en las fotos son impresionantes: hombres, mujeres y chicos pintados y disfrazados como demonios y otros seres extraños, con trajes hechos de aceite, pintura y piezas de madera tallada.
El Carnaval es un evento para toda la familia y se lleva a cabo desde temprano, a partir de las 8:00 horas la segunda semana de Febrero generalmente, llenándose de música, danzas, espectaculares disfraces y comparsas, las principales calles de la población.
Esta celebración es una excelente oportunidad para conocer desde adentro a un México auténtico, en este caso al extraordinario San Martín Tilcajete.
Fotos: Rulo Luna
Los aceitados
Se llaman a sí mismos aceitados porque su cuerpo está completamente cubierto de aceite. Van alrededor de la ciudad haciendo «diabluras» y son la parte más colorida del desfile.
La improvisación juega un papel importante en algunos de los trajes. ¿Te diste cuenta de qué está hecho el casco de este pequeño aceitado?
Los pintados
Algunos en vez de aceite, se cubren todo el cuerpo con pintura.
Las campanas alrededor de la cintura son importantes para el traje. Cuando pones el pie por primera vez en la ciudad, el sonido de estas campanas será la primera señal de que algo extraordinario está sucediendo en alguna parte.
Las máscaras
Las máscaras están hechas de madera tallada por los artesanos de la ciudad. Muchos de los trajes están meticulosamente planeados y quienes los usan fueron perfeccionándolos a lo largo de los años.
No hay reglas estrictas para qué clase de trajes la gente debe usar. Algunos pintan sus rostros con colores brillantes, otros tallan sus propias máscaras y otros incluso usan máscaras de látex. La única constante: cuanto más brillante, mejor.
La boda
El desfile se revuelve en torno a una parodia de la boda con la participación del joven de la comunidad y algunas autoridades locales. Todo esto es una exhibición cómica que establece el tono de todo el evento.