Viajar nos invita a soñar y algunos destinos nos facilitan esto con su peculiar forma que se despliega ante nuestros ojos desde una vista aérea. Así ocurre con lugares como la Isla Corazón, una maravilla natural en Croacia; la montaña con forma de ola en Arizona; y la famosa Isla Delfín, asociada a las leyendas de sirenas.
Recientemente, otro lugar que ha dejado boquiabiertos a los viajeros es Centuripe, una auténtica joya en el corazón de Sicilia. Desde la panorámica aérea, este encantador pueblo se asemeja a un humano con los brazos extendidos, un detalle tan peculiar que ha llevado a su gran popularidad en los últimos meses.
Las teorías no se hicieron esperar, y la más extendida afirmaba que la forma humana había sido creada deliberadamente. Sin embargo, queremos desmentirlo y confirmar, según se ha informado desde el propio ayuntamiento, que esta figura es un capricho de la naturaleza, resultado del puro azar y del terreno en el que se encuentra.
Este capricho del destino nos ha llevado hasta sus límites, donde hemos descubierto un lugar perfecto para aquellos que buscan una escapada auténtica.
Para llegar a Centuripe, es necesario dirigirse hacia la parte central de Sicilia, en la región de Enna. A pesar de tener una población reducida, con tan solo 5.000 habitantes, este lugar rebosa vida y energía en cada rincón. No es de extrañar, considerando que se encuentra a los pies del Monte Etna, el volcán activo más grande de Europa.
Para comprender a fondo esta localidad, es imprescindible adentrarse en su historia, que se remonta a la época de los romanos, cuando era conocida como ‘Centuripae‘. Desde entonces, la ciudad fue conquistada sucesivamente por los bizantinos en el siglo VI, los árabes en el siglo IX, y gobernada por los normandos, angevinos y aragoneses. El resultado de esta rica trayectoria es una arquitectura y una cultura que se entrelazan de manera curiosa y fascinante.
Un ejemplo destacado de esta interesante fusión de estilos arquitectónicos es la Catedral de Santa Maria La Veccia, una impresionante obra que data del siglo XI y representa un magnífico ejemplo de la arquitectura normanda. Con una fachada imponente de mármol blanco y negro, su interior alberga valiosos frescos de los siglos XIII y XIV, así como una preciosa imagen de la Virgen María que cautiva a los visitantes.
Además de la catedral, merece la pena visitar la iglesia de San Giovanni Battista, un magnífico ejemplo de arquitectura barroca, junto con las iglesias de San Francesco, San Biagio y San Michele.
Otra muestra de la mezcla cultural e histórica se puede apreciar en el Castillo de Centuripe. Aunque gran parte de la fortaleza ha sido destruida con el paso del tiempo, aún se pueden contemplar los restos de sus torres y murallas, que desempeñaron un papel fundamental en la defensa del pueblo durante el siglo XIII, en plena Edad Media. En la actualidad, este lugar se ha transformado en un mirador imprescindible desde donde se puede admirar la ciudad y sus alrededores.
Una de las formas más auténticas de experimentar la esencia de esta localidad es paseando por sus estrechas y empinadas calles. Al alzar la vista, uno se encuentra con edificios construidos en piedra, adornados con detalles y ornamentos que reflejan la influencia de las diversas culturas que han gobernado la ciudad a lo largo de los siglos. Además, el paseo también se convierte en un auténtico festival de sabores locales, donde se puede disfrutar de productos como el vino, el aceite de oliva, la miel y el queso, que reflejan el sabor genuino de la región.
Los alrededores de Centuripe son igualmente imprescindibles para explorar. Esta ciudad se encuentra en el corazón de la región vinícola de Sicilia, lo que ofrece una amplia variedad de bodegas y viñedos que prometen una experiencia enológica perfecta para aquellos paladares más selectos.
Lo que más se anhela y se recomienda para explorar sus paisajes repletos de lavanda y olivos es realizar un emocionante recorrido en bicicleta, permitiéndose impregnar de manera plena el inconfundible aroma floral que los rodea.
Otra de las grandes ventajas de esta localidad es su proximidad al Parque Nacional del Monte Etna, una de las atracciones más destacadas de Sicilia. Este volcán activo es mundialmente conocido tanto por su belleza como por sus imponentes erupciones.
El paisaje que se ofrece es perfecto para apreciar la magnificencia de la naturaleza: una montaña majestuosa que se eleva hasta 3.329 metros sobre el nivel del mar y que se puede alcanzar a través de un teleférico. En la cima, nos aguardan vistas impresionantes que nunca olvidaremos, con la costa mediterránea como telón de fondo, creando una escena alucinante para nuestros ojos.