En un esfuerzo por fortalecer los lazos comerciales y mejorar la conectividad regional, China continúa avanzando en su ambicioso proyecto de ferrocarril de alta velocidad en el sudeste asiático como parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI). Este plan, en curso desde hace más de una década, busca impulsar el desarrollo de infraestructura en el extranjero.
El ferrocarril de semialta velocidad Laos-China, inaugurado en 2021, ha sido un éxito al conectar Kunming, en China, con Vientiane, la capital de Laos. Esta conexión ha beneficiado a los viajeros chinos y ha tenido un impacto positivo en la economía local en Laos.
Además, China ha contribuido al desarrollo del primer tren bala del sudeste asiático en Indonesia, que comenzó a funcionar en octubre de 2023, conectando Yakarta con Bandung. Aunque este proyecto enfrentó desafíos y retrasos, finalmente se ha convertido en una realidad.
En Tailandia, avanza un proyecto de alta velocidad que busca unir el ferrocarril Laos-China con Bangkok. Sin embargo, este proyecto se enfrenta a nuevos retrasos y costos de construcción cada vez más altos, con la esperanza de que la línea esté operativa para 2028.
El siguiente paso en los planes de China es expandir este ferrocarril hacia el norte de Malasia, llegando hasta Kuala Lumpur y, finalmente, hasta Singapur. Aunque el proyecto ha despertado interés, también ha generado controversias, especialmente en términos de financiamiento y soberanía.
Los expertos señalan que estos proyectos ferroviarios no solo tienen como objetivo mejorar la conectividad y el comercio, sino que también reflejan las ambiciones geopolíticas de China en la región. Sin embargo, también plantean desafíos financieros y preocupaciones sobre la dependencia económica en los países receptores.
A medida que China avanza con su estrategia de conectividad regional, queda por ver cómo estos proyectos transformarán el panorama económico y político del sudeste asiático en los próximos años.
