China responde con medidas firmes a los nuevos aranceles estadounidenses del 245%
La tensión comercial entre Estados Unidos y China vive un nuevo capítulo. La reciente decisión del gobierno estadounidense de imponer aranceles de hasta 245% a productos importados desde China ha provocado una fuerte respuesta por parte de Beijing. Desde el gigante asiático acusan a Washington de adoptar una política proteccionista injustificada que podría tener consecuencias globales.
¿Por qué Estados Unidos aplicó estos nuevos aranceles?
A mediados de este año, la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR) anunció un aumento considerable en los aranceles aplicados a ciertos productos chinos, con especial énfasis en sectores estratégicos como:
- Automóviles eléctricos
- Baterías de litio
- Paneles solares
- Productos tecnológicos avanzados
El argumento de EE.UU. gira en torno a la competencia desleal. Según la administración de Joe Biden, China ha subsidios a estas industrias estratégicas de forma masiva, lo que pone en desventaja a las empresas estadounidenses y europeas. Esta medida es vista también como parte de una estrategia electoral, dado el contexto político previo a las elecciones presidenciales de 2024 en EE.UU.
La respuesta de China: contraataques económicos y diplomáticos
Como era de esperar, la reacción de China no tardó en llegar. A través de su Ministerio de Comercio y el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Beijing manifestó un fuerte rechazo a lo que consideran una violación de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
¿En qué consiste la respuesta china?
China ha optado por una estrategia de respuesta escalonada que incluye:
- Evaluación de contramedidas arancelarias a productos estadounidenses estratégicos como maquinaria, chips y bienes agrícolas
- Iniciativas diplomáticas en foros internacionales para denunciar la medida como coercitiva y unilateral
- Incentivos económicos y subsidios internos para mitigar daños a sus industrias clave
- Acercamientos comerciales con otros socios globales, como la Unión Europea, Latinoamérica y África
Esta postura genera preocupación en los mercados, ya que podría derivar en una escalada comercial similar a la vivida durante la administración Trump.
Impactos potenciales en la economía global 

El conflicto comercial entre las dos mayores potencias económicas del mundo no solo tiene implicancias bilaterales, sino también consecuencias globales. Desde inflación internacional hasta interrupciones en las cadenas de suministro, los aranceles aplicados en escaladas por ambas partes podrían provocar disrupciones en sectores clave como la tecnología, la energía sostenible y la agricultura.
Posibles efectos negativos:
- Aumento en el precio de productos tecnológicos como vehículos eléctricos, baterías e incluso electrodomésticos
- Escasez de materiales específicos como el litio y el níquel, que son fundamentales para la transición energética
- Redireccionamiento de inversiones hacia mercados emergentes como India, Vietnam o México para evitar caer en la guerra comercial
- Caída en las exportaciones agrícolas estadounidenses por pérdida de competitividad frente a subsidios y nuevos acuerdos de China con otros países
En un contexto de cambio climático y transición energética, esta tensión también podría ralentizar la adopción de tecnologías verdes, lo cual preocupa tanto a empresas como a organismos internacionales.
¿En qué afecta esto a América Latina? 
Aunque a simple vista pueda parecer un conflicto lejano, América Latina también se encuentra en el radar de estas tensiones. Países como México, Brasil, Chile o Argentina podrían beneficiarse temporalmente como proveedores alternativos tanto para EE.UU. como para China.
Algunos efectos potenciales:
- Mayor interés de empresas multinacionales en relocalizar producción en países latinoamericanos para evitar aranceles
- Incremento en la demanda de materias primas como el litio, donde Argentina y Bolivia juegan un rol clave
- Oportunidades para firmar tratados comerciales con ambos bloques que busquen diversificar sus compradores y proveedores
Sin embargo, también existe el riesgo de que cualquier escalada que afecte a los mercados financieros internacionales tenga fuertes repercusiones en las economías latinoamericanas, que ya enfrentan inflación, deuda externa y lenta reactivación pospandemia.
La mirada desde Intriper 

Como hemos analizado en otros artículos de Intriper, los conflictos económicos y geopolíticos entre grandes potencias tienen impacto directo en el turismo, el consumo, el empleo y las inversiones. Esta situación no es la excepción.
Desde el punto de vista turístico, una economía global inestable y con aranceles elevados puede encarecer los viajes internacionales debido al aumento en los precios de los combustibles, servicios y tecnología. Además, se podría ralentizar la producción de tecnología aeronáutica y afectar a aerolíneas de bajo costo, como ya sucedió durante la pandemia.
¿Qué podemos esperar en el corto y mediano plazo?
El futuro inmediato parece incierto. Si bien existen canales diplomáticos abiertos, el tono de ambas partes hasta ahora ha sido firme. Algunos analistas