Chonino, así se llamaba un perro de la raza Ovejero Alemán que vivió durante ocho años y que lamentablemente perdió la vida el 2 de junio de 1983 mientras cumplía su deber. Fue el único can de la fuerza en caer en acción.
Este valiente y sacrificado animal no solo contribuyó a resolver un crimen, incluso después de su fallecimiento, sino que también salvó la vida de su adiestrador.
A pesar de haber recibido numerosos reconocimientos, el hecho de que se le haya dedicado una calle en Palermo y de que el «Día Nacional del Perro» se conmemore en la fecha de su partida, son algunos de los más destacados honores.
Dos años después de su nacimiento, Chonino se unió a la Policía Federal Argentina en la División de Perros.
Inmediatamente se convirtió en un perro de seguridad y recibió el reconocimiento como perro de presa, lo que lo calificaba como un animal capaz de intervenir en situaciones donde la vida de sus guías o de personas inocentes estuviera en peligro.
Por esta razón, Chonino cumplió su primer servicio con todos los honores durante el despliegue de seguridad para el partido inaugural de la Copa Mundial de Fútbol de 1978, celebrado en Argentina.
A lo largo de los años, el can continuó demostrando un comportamiento ejemplar y, lamentablemente, se vio involucrado en un hecho delictivo que tuvo lugar el 2 de junio de 1983, en la intersección de las avenidas General Paz y Lastra.
En la fecha mencionada, Chonino acompañaba a su guía, Luis Alberto Sibert, y al agente Jorge Ianni durante un patrullaje.
Según el relato de los hechos, alrededor de las 20 horas, Ianni y Silbert observaron la presencia de dos individuos sospechosos que, minutos más tarde, comenzaron a disparar contra los oficiales.
En medio del tiroteo, los agentes resultaron gravemente heridos y los agresores intentaron huir aprovechando la situación. Sin embargo, Chonino los persiguió y alcanzó a uno de ellos.
El perro policía se abalanzó sobre el sospechoso, desarmándolo. Pero en ese instante, el segundo individuo disparó contra el animal, causándole la muerte minutos después, justo encima del pecho de su guía.
Afortunadamente, los refuerzos policiales que llegaron al lugar identificaron que, antes de recibir el disparo, Chonino logró arrancar un trozo de la chaqueta del delincuente, que aún mantenía en su boca.
Por suerte, el perro mordió en el bolsillo donde el criminal guardaba sus documentos, lo que permitió identificar a ambos individuos cinco días más tarde, a pesar de que lograron escapar inicialmente.
Además de Chonino, el agente Jorge Ianni no resistió las heridas y falleció en el lugar, mientras que el guía del Ovejero Alemán, Luis Alberto Sibert, se salvó de milagro, luego de someterse a largas operaciones.
Y, gracias a las iniciativas de Sibert (fallecido en 2007), que pronto compartió con sus colegas, Chonino recibió múltiples homenajes. Un claro ejemplo es:
- La estatua de bronce que instalaron en su memoria, dentro del predio de la Policía Montada.
- La calle de acceso a la Sección Agrupación Perros, ubicada en el barrio porteño de Palermo, entre Salguero y la Avenida Carlos Casares.
- La elección del 2 de junio (fecha de su fallecimiento) para conmemorar el Día Nacional del Perro.
- El homenaje anual que la División de Perros de la Policía Federal Argentina le rinde a él y a todos los perros de la fuerza.
