Un barrio que se encuentra en el poblado de Northampton, Inglaterra, suele ser visitado por un cisne que se dedica a, nada y más y nada menos, tocar todas las puertas del vecindario y sin dejar muy claro cuáles son sus intenciones.
El vecindario que tiene la fortuna de ser visitado por este cisne tan particular y curioso es el de Selston Walk, ubicado en Northampton, Inglaterra. Durante cinco años el animal ha estado golpeando la puerta de diferentes casas de este barrio, sin que encontraran una forma de hacerlo parar.
Luego de tanto tiempo, el cisne ya casi que es un vecino más por lo que los miembros de la comunidad decidieron llamarlo Cedric. Parece ser que una de las formas que tiene Cedric para pasar el rato es recorrer toda la fila de casas y usar su pico para hacer ruido con los buzones de las casas. Cabe tener en cuenta que no se trata de algo que hace por unos minutos y luego se cansa, sino que sabe estar varias horas golpeando las casas de forma continua.
Una de las casas que suele frecuentar el cisne es la de Stephen Legg, según informó el sitio de noticias Metro. El hombre de 70 años explicó que el cisne ha estado viviendo con su pareja por unos siete u ocho años en un lago que se encuentra cerca. La casa de Legg es visitada por Cedric desde hace unos cinco años y vuelve todas las primaveras.
«Comienza haciendo ruido con le buzón de cartas y luego golpea el metal bastante fuerte con su pico. El ruido resuena por todo la casa. No hace ningún daño, pero es extremadamente irritante«, declaró Legg según reportó Metro. «Algunas veces lo hace durante tres horas, otras solo lo hace una vez o dos. Realmente es muy ruidoso porque golpea el buzón de arriba a bajo con su pico«, explicó.
Otros vecinos explicaron que es como si fuese un cartero que levanta la puertita del buzón y deja el correo, con la diferencia que Cedric no se detiene al hacerlo solo una vez y tampoco deja ninguna carta. Por otro lado, Legg dijo que es difícil saber qué es lo que quiere el cisne y que, a pesar de sus esfuerzos, no hay modo de evitar que el cisne deje su casa tranquila.
Aunque al principio no lo podían creer, las personas del vecindario ya están bastante acostumbradas a esta altura.
