Coco tiene tan solo un año y medio y está varado en el aeropuerto de Ezeiza hace 48hs. Su dueño, huyó de Hungría cuando el Presidente de ese país declaró el estado de emergencia. Tiene la vacuna antirrábica vencida por 8 días y las autoridades del SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) pretendían deportarlo por esto y hasta habían sugerido sacrificarlo.
Sin embargo, según información reciente trascendió que no será deportado de Argentina y deberá iniciar la cuarentena en la zona Primaria de Aduana, donde cedieron el lugar para que lo vacunen y pueda permanecer allí. El proceso durará 21 días aunque pueden ser menos.
Toda esta ayuda tuvo su gran protagonismo en las redes sociales donde circuló una publicación difundiendo el caso. También se dio a conocer que las autoridades supuestamente le habrían sugerido dos opciones a los dueños: sacrificarlo o deportarlo. Sin embargo, aunque lo primero fue un «malentendido que tomó demasiada entidad», desde la familia de Coco confirmaron que querían sacarlo del país hacia Colombia o Francia para realizar una cuarentena.
¿Por qué querían deportar o sacrificar a Coco?
Según un comunicado que había emitido el SENASA, “el animal no puede entrar al país porque se pone en riesgo a la población que tome contacto con el mismo, que en estas circunstancias es un potencial factor de riesgo ya que al tener la vacuna antirrábica vencida, podría incluso ser un portador de esta enfermedad que afecta a los humanos”.
El hombre y su perro habían emprendido un viaje de 48 horas para regresar al país y al arribar al Aeropuerto Internacional de Ezeiza fue impedido de ingresar porque al animal tenía por ocho días vencida una vacuna y no tenía un certificado de un médico húngaro que confirmara que estaba sano.
Fueron 36 horas de desesperación en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini y el tenor se agravó cuando desde SENASA le informaron a Gavidia que el cachorro debía ser deportado al país de origen del vuelo, donde ya no tenía familiares.
«No me puedo ir, tengo acá una hija de 5 años. Yo no me puedo ir de vuelta, sólo pido que haga una cuarentena, estoy durmiendo en el suelo del aeropuerto. Yo de acá no me voy hasta que no me garanticen que el perro va a estar seguro», había declarado el dueño de Coco, el jugador de handball cordobés, Franco Gavidia.
También había expresado en su desesperación: “Estoy dispuesto a pagar un médico, una cuarentena y una multa”.
Finalmente y gracias a la visibilidad y solidaridad de la gente, Coco no sólo que no será deportado sino que hará cuarentena en una zona especial de la Aduana y podrá reencontrarse felizmente con sus dueños.
Un comentario
Gracias a las autoridades encargadas del caso de Coco,que le dieron la mejor solución.su cuarentena y reunirse con su flia para una vida feliz.gracias.esto es un verdadero acto de compasión con los animales.Dios los bendiga.historia con final feliz????