Arrels Marines nació en julio del pasado 2020 en la isla de Mallorca. Sí, en pleno confinamiento para prevenir la propagación del coronavirus. En un contexto donde creíamos que la naturaleza estaba haciendo de las suyas para demostrarnos que no somos tan poderosos como creemos, surgió una iniciativa liderada por Josep Vives, un joven de 26 años graduado en International Business y SSI DiveMaster.
En efecto, esta asociación se propuso como objetivo principal proteger la belleza e identidad de las Islas Baleares. En diálogo con el medio español Traveler.es, Josep Vives expresa su intención por “proteger y garantizar el futuro de un ecosistema único en el mundo a través de la replantación, la conciencia ecológica y la educación ambiental. Queremos ser una entidad de referencia en la protección de la Posidonia oceánica, promoviendo a la vez la participación activa de la población isleña -y turística- en el desarrollo de un entorno sostenible”.
Por aquel entonces, , Josep Vives se encontraba trabajando en Bali para Plastic Bank Indonesia, una empresa que lucha para erradicar la pobreza en países en vías de desarrollo a través de su social plastic. Una vez declarado el inicio del confinamiento, Josep decidió decir adiós a esa vida para regresar a sus raíces, a su casa.
“En Bali, colaboré y coordiné varios proyectos destinados a la protección y reforestación de manglares, así como también de arrecifes de coral. Me encantaba lo que hacía, hasta que un día me pregunté por qué no estaba dedicando todos estos esfuerzos en proteger mi querida isla y sus arrecifes mediterráneos, la Posidonia oceánica. En ese momento decidí volver y empezar a trabajar en Arrels Marines”, comenta Josep Vives.
La elección del nombre no es casual. Su traducción en castellano significa ‘raíces marinas’ y ha sido elegido para este proyecto por dos razones. La primera, es porque su trabajo se centra principalmente en la posidonia, una planta que como el resto, vive de sus raíces. Y la segunda razón, se debe a que, en palabras del propio Josep, “en Mallorca tenemos un dicho y es que, no importa lo lejos que estemos, al final todos regresamos a nuestra querida isla, donde están -y siempre estarán- nuestras raíces”.
“En Bali, colaboré y coordiné varios proyectos destinados a la protección y reforestación de manglares, así como también de arrecifes de coral. Me encantaba lo que hacía, hasta que un día me pregunté por qué no estaba dedicando todos estos esfuerzos en proteger mi querida isla y sus arrecifes mediterráneos, la Posidonia oceánica. En ese momento decidí volver y empezar a trabajar en Arrels Marines”
Josep Vives
Para poner en contexto, la posidonia es considerado como el organismo vivo más longevo del mundo, con una edad estimada de 100.000 millones de años. Con una superficie de 5,5 millones de m2, son más de 100 especies de organismos diferentes los que dependen de esta planta para sobrevivir. Además, como planta que es, gracias a su fotosíntesis se estima que 338 trillones de kg de carbono son absorbidos cada año por la posidonia, devolviéndolo en forma de oxígeno.
Su preservación es muy importante para fomentar la conservación de los ecosistemas existentes en la zona. Sin ir más lejos, en el año 2018 el Gobierno Balear elaboró y aprobó un decreto ley para proteger esta planta característica del Mediterráneo. Y, si bien aún falta mucho por trabajar, organizaciones como Arrels Marines se convierten en perfectas impulsoras para ello.
