Además de ser bellísimo estéticamente, este edificio sorprende por encontrarse siempre en movimiento. Bautizado como The Bund Finance Centre, este proyecto arquitectónico ha sido liderado por Foster + Partners y Heatherwick Studio y se encuentra presente en el municipio de Shanghái, en la costa central de China.
Shanghái es la ciudad más grande y se ha consolidado como un núcleo financiero mundial. El centro de Shanghái es el Bund, un famoso paseo costero que se caracteriza por la conservación de edificios de la época colonial. Allí, los visitantes pueden admirar la increíble arquitectura de este edificio inspirado en los teatros tradicionales chinos.
Este edificio de tres pisos ha sido diseñado con una fachada de cortinas de tubos cuya impronta se asemeja a los bambúes. Estos tubos ‘cuelgan’ en tres capas, creando la ilusión de diferentes pantallas frente a las ventanas. Se trata, en efecto, de un edificio que atrae las miradas a partir de un “velo móvil” que lo envuelve, el cual se compone de una especie de tubos de bronce con movimiento que evocan al bambú. Sus creadores lo han descrito como «un velo en movimiento»:
La fachada de 675 ‘borlas’ hace referencia al tocado nupcial tradicional chino. Revestidas con una aleación de magnesio y con una longitud que varía entre los 2 y los 16 metros, las borlas se organizan en tres capas que giran independientemente, generando diferentes efectos visuales y muy distintos niveles de opacidad
Para la disposición de cada una de estas piezas inspiradas en el bambú, se han utilizado 15.000 metros cuadrados de acero inoxidable PVD en oro rosa.
Este lujoso hotel en París ha sido reconocido como ‘el mejor del mundo’, según los World Travel Awards
Se trata de un complejo de alojamiento cinco estrellas, desarrollado dentro de un palacio modernista.
Situado sobre la avenida Kléber, en pleno centro de París, Francia, el hotel bautizado como The Peninsula Paris ha sido reconocido como el ‘Mejor hotel de lujo de 2020’, según la premiación World Travel Awards.
El origen de este hotel se remonta al año 1864, cuando un diplomático ruso construyó durante 36 años lo que se convertiría en la residencia oficial de Isabel II en su exilio tras el triunfo de la Revolución Gloriosa. La soberana, acogida en 1868 por Napoleón III y su esposa, Eugenia de Montijo, rebautizaron el hotel Basiliewski con el nombre de palacio de Castilla. Fue dispuesto como hogar hasta 1904, el año de su muerte.
Luego de cuatro años, en 1908, el palacio abrió sus puertas al público, acondicionado como hotel Majestic. Allí se hospedarían las personalidades más selectas de la sociedad europea. Continuar leyendo…
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