Podríamos hablar de ella como solo una niña de 4 años pero creo que a esta altura del partido el número le queda chico para el conocimiento y la actitud que ha sabido desplegar en su corta vida. Me gusta pensar que se trata de una promesa en desarrollo para el mundo del ambientalismo. Algo así como una Greta Thunberg en potencia. Nina Gomes es descrita por su mismísimo padre como «una defensora del océano» y nos pone muy contentos que así sea.
Junto a él ha ido aprendiendo y desafiándose a sí misma al punto tal de que, a pesar de sus pocos años, esta joven se ha calzado una misión sumamente ambiciosa: eliminar los desechos plásticos del océano. ¿Cómo? Pues resulta que con Nina a cuestas, Gomes se embarca en una tabla de remo hacia las pintorescas pero contaminadas aguas de la bahía de Guanabara de Río de Janeiro, donde agarra botellas y bolsas de plástico y las coloca en una red de malla.
A pesar de entender poco sobre el daño al medio ambiente y los efectos negativos del calentamiento global entre otros daños que el hombre ocasiona al planeta, cuando a Nina le preguntan por qué recolecta desechos del mar, expresa: «Porque (de lo contrario) los peces y las tortugas mueren». Con unas espléndidas gafas de color rosa brillante, esta pequeña es capaz de ganarse el corazón de cualquiera.
Lo cierto es que lo que ocupa a Nina debería ocupar también a muchos de nosotros: según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, al menos once millones de toneladas de plástico se desechan en el océano cada año. En consecuencia, los desechos plásticos pueden ser mortales para las aves marinas y la vida marina, y cientos y miles de mamíferos marinos mueren cada año al consumir o quedar atrapados en desechos plásticos.
Existe un dicho popular que reza que ‘de tal palo, tal astilla’, alusivo a que, por lo general, los seres humanos tendemos a imitar y replicar muchas de las actitudes y comportamientos de lo que han sido nuestras «bases». En este caso, era de esperar el compromiso de Nina por el medio ambiente si se tiene en cuenta que su padre Gomes hizo una película en 2017 sobre el mundo submarino de la Bahía de Guanabara, motivado por reflejar toda esta situación.
El hombre se inspiró en el nacimiento de su hija para iniciar el Instituto Mar Urbano, un grupo con sede en Río dedicado a combatir desastres marinos. Los estudios del Instituto Chico Mendes para la Conservación de la Biodiversidad de Brasil encontraron que había más de 400 especies distintas de aves, peces, reptiles y mamíferos que viven dentro o en la periferia de la Bahía de Guanabara. Miles de residentes de Río también dependen de la bahía para recurrir a su sustento a través de la pesca. Más de 10 millones de personas viven en los alrededores de la bahía.