¿Te imaginas Buenos Aires sin gente? Acelerada, vertiginosa y furiosa la mayoría del tiempo, en la distinguida “ciudad de la furia” también habitan rincones que, en ciertos días y horarios, se lucen por una escasa presencia de personas, ofreciendo un panorama realmente distinto al que estamos acostumbrados.
A bordo de la Sandero Stepway, Renault nos invitó a redescubrir Buenos Aires y en esta nota te compartimos algunas paradas que debes apuntarte a conocer en cuanto puedas.
Buenos Aires sin gente: contemplando un gigante en silencio
Encontrar la gran capital cosmopolita de Argentina sin gente no es tarea sencilla: esta es una imagen con pocos precedentes pero que, cuando ocurre, ofrece un escenario maravilloso para deleitarse a paso lento y con la vista en alto puesta en sus imponentes edificios del siglo XIX.
¿Cómo lograrlo? Eligiendo un día no laborable en la ciudad como ley máxima: puede parecer obvio pero no lo es ya que, principalmente de lunes a viernes, Buenos Aires se alimenta de un tráfico salvaje en sus principales calles.
Nuestro recorrido comenzó a primera hora de la mañana, donde los rayos de sol elevándose tiñen de dorado algunos pasajes urbanos que poco tienen que envidiarle al entramado europeo. Así se abren paso lugares curiosos y spots encantadores que se vuelven irresistibles a la mirada de Instagram.
Corredor arbolado en Belgrano R.
Desde Avenida Melián al 1800 a lo largo de cinco cuadras, se extiende un curioso corredor de tipas originarias de las yungas de Tucumán, Salta, Jujuy, y de Brasil, Bolivia y Uruguay cuyo crecimiento -casi unos 25 metros de altura- se ha dispuesto visualmente como una especie de túnel arbolado.
El arco verde y vibrante que se forma con la llegada de la primavera completa una imagen de postal: por su ubicación frente a casonas de estilo inglés, se dice que este lugar conecta Sudamérica con Inglaterra.
Adolfo Alsina 800
Durante la semana se apodera de esta zona un bullicio fatal, pero el fin de semana lo encuentra como un spot admirable por su arquitectura existente alrededor. ¿Dónde? Entre San Telmo y el centro porteño.
Pasaje Kavanagh
Que Buenos Aires respira internacionalidad no es una novedad. Una parada a mitad de nuestro camino lo demuestra: aquí resalta la presencia de uno de los rascacielos que, con 120 metros de altura, supo ser el más alto de América Latina: posee vistas en 360 grados al Río de la Plata, a la plaza San Martín, a Retiro y a la Calle Florida.
El edificio Kavanagh se destaca en sí mismo como un símbolo arquitectónico de la ciudad de Buenos Aires: se inauguró el 15 de enero de 1936 en la calle Florida n° 1065, junto a la barranca de la histórica Plaza San Martín del barrio Retiro, y en su estructura dispone de 33 pisos y 105 departamentos.
Curiosamente, comparte un galardón, de la Sociedad de Ingenieros de los Estados Unidos, con la Torre Eiffel, la Represa de Assuan y el Canal de Panamá debido a sus características técnicas. A su vez, durante el mismo año de su concreción, el edificio obtuvo el Premio Municipal de Casa Colectiva y de Fachada, y posteriormente una distinción por parte del American Institute of Architects.
A pocos metros, la Basílica del Santísimo Sacramento: también conocida como Iglesia del Santísimo Sacramento, esta iglesia consagrada se encuentra ubicada en la calle San Martín 1039 en el barrio de Retiro.
En un escueto repaso por su historia, vale la pena resaltar que Mercedes Castellanos de Anchorena -propietaria del palacio de Arenales y Esmeralda- fue quien encargó construir en un terreno de su propiedad este templo que donó a la congregación de los padres sacramentinos.
En el interior de la Basílica del Santísimo Sacramento se destaca la presencia de uno de los órganos más grandes del país: un órgano de 4808 tubos marca Mutin-Cavalle-Coll, construido en 1912 e inaugurado en 1915 con la interpretación de la Quinta Sinfonía de Widor que contó con la presencia del dueño de la empresa fabricante del instrumento musical Charles Mutin.
Dato curioso: La basílica, diseñada por los arquitectos franceses Coulomb y Chauvet, fue consagrada en el año 1916. Ese mismo año el papa Benedicto XV la declaró Basílica Menor.
Pasaje Rivarola
Se trata de un curioso e inédito pasaje que se encuentra en el barrio San Nicolás de la ciudad porteña: es conocida como la única calle espejo en Buenos Aires.
Es precisamente la cuadra entre Mitre y Juan Domingo Perón donde la ilusión óptica hace magia al reflejar de un lado y del otro las mismas construcciones arquitectónicas.
Sí, ambos frentes son idénticos: ocho edificios, cada uno con su respectiva planta baja y un desarrollo total de 5 pisos. Este pasaje fue proyectado en 1924 por la compañía de seguros La Rural. Para los entendidos de la arquitectura, la calle tiene un estilo Beaux Arts en sus edificios, conocido también como academicismo francés.
Bonpland 1920
El primer café de especialidad plant-based de Argentina se encuentra en Palermo, meca de la gastronomía de autor emergente que tan felices nos hace con un café de especialidad en mano y pastelería original para acompañar.
Bioma es la primera cafetería de especialidad plant-based en la ciudad de Buenos Aires: abrió sus puertas en plena pandemia de coronavirus, con el propósito de fusionar el café de alta calidad con los principios éticos del veganismo.
Plus: En este rincón trendy es posible acceder a un 15% de descuento con MyRenault, el nuevo programa de fidelización 100% digital de Renault.
Pasaje Russel
En el corazón de Palermo SoHo, el Pasaje Russel se destaca por un inigualable street art. La localización exacta para este spot 100% instagrameable en cada paso es calle Russel entre Thames y Gurruchaga, a sólo 3 cuadras de la Plazoleta Julio Cortázar, conocida popularmente como Plaza Serrano.
En sus alrededores también se lucen tiendas, galerías de arte, restaurantes chic y bares under que vale la pena visitar.
¿Conoces más sitios de Buenos Aires con poca gente que vale la pena admirar? ¡Contanos!