La vida en Nueva York tiene sus propias reglas, y ahora una de ellas ha cambiado: cruzar imprudentemente ya no será motivo de multa para los peatones locales. Sin embargo, para los turistas, esta práctica tan neoyorquina podría no ser tan buena idea. Desde septiembre, una nueva ley permite que los neoyorquinos crucen en cualquier momento y lugar, sin necesidad de seguir las señales de cruce. El alcalde Eric Adams permitió que el proyecto de ley pasara sin su firma, convirtiendo en ley una actividad que, hasta hace poco, conllevaba una multa de hasta 250 dólares.
Para muchos, este cambio representa un avance en términos de justicia racial. La concejal Mercedes Narcisse, promotora de la ley, destacó que en 2023 más del 92% de las multas por cruzar imprudentemente fueron emitidas a personas negras y latinas. Con la nueva legislación, se espera que la policía concentre sus esfuerzos en cuestiones de seguridad más urgentes para la comunidad.
Aunque cruzar sin seguir las señales es ahora legal, sigue siendo peligroso. En los últimos cinco años, 200 peatones han perdido la vida al cruzar en zonas no habilitadas o ignorando las luces de tráfico. La portavoz del alcalde, Liz García, recordó que las señales de tráfico están allí por una razón, y el respeto a estas normas aumenta la seguridad para todos.
Si bien los locales ya tienen experiencia en navegar las agitadas calles de Nueva York, para los turistas la situación es distinta. Con más de 62 millones de visitantes anuales, Nueva York es un imán para personas de todas partes del mundo, y no todos están acostumbrados a los mismos patrones de cruce. Para mantenerse seguros, es aconsejable que los visitantes sigan las señales, miren a ambos lados antes de cruzar y eviten distracciones, como revisar el celular mientras caminan.
En una ciudad que nunca duerme, cruzar la calle imprudentemente puede parecer una práctica más para sumarse al estilo de vida neoyorquino. Sin embargo, para los turistas, lo mejor es no arriesgarse. Mantenerse alerta, usar los pasos peatonales y hacer contacto visual con los conductores pueden hacer una gran diferencia para una visita segura en la Gran Manzana.