«El Everest de las cuevas”, también conocida así, es un gran deseo para todos aquellos exploradores y espeleólogos especialistas
En el Cáucaso occidental, en medio del Macizo de Arabiza y en la república autónoma de Abjasia en Georgia, podemos encontrar una cueva muy profunda, en la que se cree que podría ser la más cercana al centro de la Tierra. Claro está que este lugar es un sueño para las personas amantes de la espeleología, que encuentran en la cueva de Voronia un increíble espacio para comprender y explorar estas formaciones, pero, a su vez, un peligroso y oscuro túnel a algo completamente desconocido. Solo los más valientes, experimentados y preparados pueden aventurarse a investigar su interior.
También conocida como Krubera Cave (o “la cueva del cuervo”, por su traducción del ruso), cueva de Krúbera-Voronya o cueva de Krúbera, es parte del conjunto de cinco formaciones que superan los mil metros de profundidad. La cueva de Voronia tiene 2,197 metros de profundidad y es una de las pocas conocidas, en todo el mundo, que superan los dos kilómetros. El ucraniano Gennadiy Samokhin posee el récord de ser el único que pudo alcanzar la cota de esos -2,197 metros.
La misteriosa cueva fue descubierta por primera vez en en los 60 por exploradores de la URSS. En esa momento solamente se alcanzaron los 180 metros de profundidad, pero posteriormente se realizaron otras expediciones que revelaron la verdadera longitud del sistema. En 2010, el equipo CAVEX que está conformado por espeleólogos rusos y españoles, logró encontrar en su interior cientos de especies que hasta entonces eran desconocidas. Una de esas fue el el Plutomurus ortobalaganensis, un artrópodo de seis patas que es un ejemplo de los animales capaces de vivir a mayor profundidad en la Tierra, que se encontró a -1980 metros.
El sistema de cuevas al que pertenece esta tiene una longitud aproximada de 16,058 metros entre pasajes conectados entre sí (claramente, no son aptos para personas claustrofóbicas). Incluso que para poder acceder a ella es necesario hacerlo a través de una entrada muy estrecha. Algunos de sus pasajes debieron ser “tallados” para permitir el paso de personas, pero otros son tan amplios como gigantescos túneles.
La cueva se encuentra dividida en dos partes principales cuando se alcanzan los 200 metros de profundidad. La realidad es que se puede acceder al punto más bajo de la cueva de Voronia desde otras dos entradas en el sistema de Arábika: uno es la cueva Kúibyshev y la otra es la fosa de Henrich, que ambas se encuentran en la parte baja en las faldas de la montaña. La cueva Berchil, otra de las entradas, está a 100 metros por encima de la cueva Voronia.
Como suele ocurrir en muchas cuevas del mundo, sus túneles suelen inundarse seguido. Es por eso que, para su exploración, casi siempre es necesario un equipo de buceo. Algunos de sus sumideros alcanzan una profundidad de 52 metros (otro aspecto escalofriante de la cueva, no apto para personas talasofóbicas).