Dejó una mala reseña en Tripadvisor y el dueño del hotel le cargó USD350 a su tarjeta como venganza

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Redacción
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El hotel se encuentra en una carretera del condado de Brown, Estados Unidos, cerca de la entrada de un bosque estatal. Los clientes, a menudo, llegaban sin encontrar a ningún miembro del hotel y solo había un paquete esperándolos con la llave de la habitación en su interior, según decía el estado en su demanda.

Pero cuando la pareja llegó, durante la primavera de 2016, pudo tener un encuentro fugaz con un empleado.

«Al final vino al lobby, me hizo firmar un recibo de USD 230 por la habitación y luego me fuí«

Ella nunca volvió a ver al empleado, de acuerdo a los documentos judiciales. Y las cosas empezaron a ir mal tan pronto como la pareja entró por la habitación.

«Olía a alcantarilla«, escribió Arthur en su denuncia. El aire acondicionado tampoco funcionaba. «Empezamos a revisar las sábanas y la cama. Encontré pelos y suciedad», señaló a una afiliada de la cadena ABC.

Fue al lobby a quejarse, pero no había nadie allí. Arthur tampoco encontró a ningún empleado del hotel. Tampoco respondió nadie por teléfono.

Entonces, dice, ella misma limpió la habitación. Y luego, sin nada más que hacer, y a pesar del extraño olor, se fueron a la cama.

Cuando despertaron al día siguiente, todavía encontraron el lobby desierto. Entonces pusieron su llave de la habitación en el buzón y se alejaron del bosque del Condado de Brown. Solo más tarde, de acuerdo con la demanda del estado, el Abbey contactó a la pareja.

Llegó un correo electrónico pidiéndole a Katrina Arthur que dejara una reseña en Internet. Resultó que lo que ella llamaría a su experiencia como «pesadilla» no había sido la única.

«Pelos en la pared», decía una crítica publicada ese mismo año en bedandbreakfast.com. «La luz se fue dos veces», decía otro.

«Básicamente es una cabina destartalada». «El olor a aguas residuales que emanaba del baño era horrible, pero no parecía molestar a los insectos y a las arañas».

Así es como ella dejo su experiencia, al igual que el resto.

Al mes siguiente recibió una carta de un hombre llamado Andrew Szakaly. En la demanda él describió a sí mismo como el abogado del hotel, cuando en realidad era el propietario y el operador.

La carta decía que la crítica era falsa y que había causado «daños irreparables» al hotel. Szakaly advirtió que la demandaría por difamación, a menos que Arthur retirara el comentario.

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«Realmente me asusté», comentó Arthur, entonces ella borró la crítica.

Pero al revisar su extracto bancario unos días más tarde descubrió que el hotel le había cobrado USD 350 extra.

Según la política del establecimiento «Los huéspedes acuerdan que si encuentran algún problema con nuestro alojamiento y no nos brindan la oportunidad de abordar esos problemas mientras el cliente está con nosotros y/o rechaza nuestro recurso exclusivo, tendremos derecho a hacer un cargo a su tarjeta de crédito si luego nos menosprecia de manera pública».

Increíble pero real.

El dueño del hotel asegura que desde hace varios años comenzaron a experimentar lo que se conoce en la industria hotelera como el ‘chantaje de las redes sociales«: un huésped se quedaba ahí, se iba sin presentar ninguna queja con respecto a su estadía y luego pediría un reembolso o publicaría comentarios negativos sobre la posada en las redes sociales 

Lo curioso es que luego que Arthur escribiera a la oficina del fiscal general pidiéndole ayuda para recuperar sus USD 350, el estado decidió demandar al dueño del hotel por más de USD 5,000 por daños y una orden judicial que impediría que el Abbey adopte reglas «opresivamente unilaterales o duras».

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