El arquitecto español Vicente Guallart es el encargado del proyecto de edificios autosuficientes que generarán comida y energía, en caso que el futuro traiga otro caso de pandemia o alguna crisis energética o alimentaria.
La construcción se llevará a cabo en Xiong’an y es un modelo que se podrá aplicar en todo el mundo.
El proyecto se titula «La ciudad autosuficiente» y muestra todo un modelo urbano en tan solo cuatro manzanas. Allí las personas pueden desarrollar las diferentes actividades de la vida cotidiana sin alejarse demasiado del lugar donde viven. Lugares de trabajo y de descanso quedarían en las proximidades.
Pensado en una época en la cual una crisis sanitaria puede generar que las personas no salgan de sus casas para no contagiarse de un virus con la potencialidad de matar personas, el diseño del arquitecto valenciano permite desarrollar actividades necesarias, exponiéndose lo menos posible. Lo que hace es brindar la posibilidad de respetar el confinamiento, aunque a un grado más amplio.
Además, el proyecto también está pensado para que sirva en caso de una crisis energética o alimentaria.
La ciudad autosuficiente para el futuro resultó ganadora en el «Concurso de Diseño de Arquitectura Xiong’an con Características Chinas bajo el principio de Desarrollo de Alta Calidad». El mismo recibió más de 300 proyectos para una ciudad que se encuentra ubicada a 100 km. de Pekín. Estos proyectos debían cumplir con ciertos criterios ecológicos, ademas de fusionar el urbanismo chino con el europeo.
El futuro implica cambiar
Guallart sostiene que «No podemos seguir diseñando ciudades y edificios como si nada hubiera pasado», y agrega que «En los últimos tiempos están ocurriendo fenómenos de escala mundial que nos obligan a repensarlo todo. Nuestras propuestas nacen de la necesidad de aportar soluciones a las diversas crisis que está viviendo nuestro planeta”.
Los edificios están pensados para poder producir alimentos, energía y objetos de uso diario, gracias a las posibilidades que aporta la tecnología digital y las impresoras 3D. Cuentan con huertos e invernaderos, lo que permite que se puedan producir alimentos para el consumo diario. También tienen cubiertas inclinadas para generar energía, así como espacios y equipamientos destinados especialmente al teletrabajo, ocio y el deporte.
Guallart también declaró que «Todas tienen una amplia terraza orientada al sur, que actúa también como regulador térmico» para intentar hacer una posible clausura en el futuro más llevadera.
El proyecto se llevará a cabo con madera que provenga de gestión forestal sostenible. Además contará con aislantes naturales y recursos que no influyan de forma negativa en el cambio climático.
La idea se desarrolló durante la cuarentena, por lo que el equipo que la desarrolló trabajó desde su casa, y por eso decidieron incluir todos los aspectos que pudieran mejorar su vida en ese momento. Eso lleva a que el diseño que elaboraron se pueda aplicar en un futuro tanto en China, como en España o cualquier otro lugar el mundo.