¿Alguna vez pensaste en ganar dinero sin hacer nada? Shoji Morimoto, un japonés de 37 años, ha convertido esta idea en su profesión. Desde 2018, se alquila a sí mismo para “no hacer nada”, cobrando 10.000 yenes (unos $96 dólares) por sesión, más los gastos de transporte y comida.
Su trabajo es simple: los clientes lo contratan para acompañarlos en diversas situaciones sin necesidad de interactuar demasiado. Ha sido solicitado para ir al supermercado, a Disneyland, paseos en helicóptero, citas en el hospital, e incluso para ser testigo en confesiones de infidelidad y divorcios.
En estos años, Morimoto ha recibido cerca de 3.000 solicitudes y atiende hasta tres clientes al día. Su rol consiste en estar presente, escuchar y asentir cuando es necesario. Según él, muchas personas solo necesitan la presencia de otro ser humano en momentos clave de sus vidas.
Antes de dedicarse a este negocio, trabajaba como editor de materiales didácticos, pero nunca se sintió tan satisfecho con su empleo. «Probé muchas cosas y nada funcionó, hasta que pensé: ‘Tal vez estoy más preparado para no hacer nada’», explicó en una entrevista.
Lo que para algunos podría parecer un trabajo absurdo, para otros es una necesidad real. Morimoto ha demostrado que, en un mundo donde la soledad es cada vez más común, a veces lo único que hace falta es alguien que simplemente esté ahí.
