Un pliegue olvidado en el desierto costero del norte de Perú guarda el legado de la ciudad precolombina más grande de América. Chan Chan, la capital floreciente y sofisticada del reino chimú, se erigió cerca de Trujillo y se convirtió en uno de los estados más prósperos en el Pacífico. Esta joya, cuyo nombre brilla en la historia, es testimonio de una civilización que precedió incluso a los incas.
Descubierta entre los años 800 y 1475 d.C., la cultura chimú floreció alrededor de esta imponente ciudadela, que abarca veinte kilómetros cuadrados y se considera la mayor construida en barro en todo el mundo, aunque algunos la ubican en segundo lugar tras la iraní Bam. En su apogeo, este asentamiento albergó alrededor de sesenta mil habitantes, destacando como un enclave de poder.
Sumergirse en las ruinas de esta antigua ciudad, conocida como «la ciudad del sol», es viajar en el tiempo hacia una época en la que una cultura transformó ideologías y pensamientos. Pero no solo eso, también es maravillarse ante una impresionante obra arquitectónica que demostró una gran sabiduría. Cada rincón de esta ciudad está trazado con esa particular versión transatlántica del adobe, una estructura elaborada con cañas o bambú cubierta de barro. Este material fue utilizado para superar la escasez de piedra en las regiones costeras de Perú. Además de brindar aislamiento térmico, su elasticidad, ligereza y capacidad para absorber las vibraciones lo convierten en un excelente recurso antisísmico en un territorio propenso a los terremotos.
Chan Chan se destaca como una ciudad única en el continente, no solo por su estructura, que incluye nueve palacios o residencias reales con plazas ceremoniales y túmulos funerarios repletos de ofrendas, sino también por su ornamentación. Los frisos de estuco policromado y los maravillosos relieves adornan sus paredes.
Los muros de Chan Chan están decorados con motivos geométricos y representaciones de animales, especialmente relacionados con el océano: bancos de peces, aves marinas y diseños romboidales que evocan las redes de los pescadores.
La importancia del mar para los chimúes se reflejaba en su dieta, principalmente basada en pescado, así como en su movilidad a través de las aguas turbulentas. La ciudadela de Chan Chan, con sus nueve palacios reales, plazas ceremoniales y túmulos funerarios llenos de ofrendas, presenta una arquitectura única en su composición. Los frisos ornamentados con estuco policromado y relieves maravillosos añaden un toque de esplendor.
Uno de los palacios más destacados es el Palacio de Tschudi, nombrado en honor a su investigador. Esta área es la única en Chan Chan que ha sido casi completamente excavada y sirve como acceso a las ruinas, que se pueden explorar con o sin la compañía de un guía especializado. Para admirar los tesoros encontrados, es necesario visitar el Museo de Sitio, donde se exhiben mapas, fotos aéreas y se resalta la destreza de la cultura chimú en el arte de la orfebrería.
Los chimúes también se destacaron como ingenieros agrícolas, y Chan Chan, declarada Patrimonio de la Humanidad, fue un centro residencial para dirigentes y artesanos, rodeado por núcleos satélites donde vivían los campesinos a orillas del río Moche. Para el riego de los cultivos, los chimúes inventaron sistemas de irrigación que aún se utilizan en los campos en la actualidad.
Sin embargo, hacia el año 1470, el reino chimú fue atacado por los incas, quienes sometieron a sus gobernantes y destruyeron su grandiosa capital. La ciudad quedó en ruinas, un testimonio pálido de su antigua gloria. Con la llegada de los españoles, comenzó el expolio y el saqueo, y los efectos devastadores del fenómeno de El Niño erosionaron aún más los muros de adobe.
Afortunadamente, la memoria de Chan Chan nunca se perdió por completo. En 1840, el naturalista y lingüista suizo Jacob von Tschudi inició su investigación y quedó asombrado por la magnitud de los restos: «Las inmensas ruinas de los palacios chimú son uno de los monumentos más interesantes de la arquitectura en América del Sur». Este legado de una de las grandes culturas preincaicas que dominaron el antiguo Perú representa solo una pequeña muestra de las innumerables riquezas aún ocultas en esta región.
2 respuestas
He tenido la suerte de haber visitado este complejo arqueológico y es impresionante ver la destreza con que fue construida.
Magnifico.
Hola Q bueno el post sobre chan chan. Quería agregar si se puede q en Argentina bajo el 1er gob.de Perón un miembro de su gabinete fue el francés jackes Mari de maieu un hombre muy inteligente propio de esa época. Yo lo conocí por un vídeo en youtube de hace varias décadas atrás filmado en VHS. Donde tiene una exposición titulada Colón el embustero, y habla de los mapas antiguos q nombraban la ciudad de chan chan.es muy interesante y se los recomiendo para ver.