Stonehenge, el icónico monumento prehistórico en Inglaterra, sigue revelando secretos después de miles de años. El más reciente descubrimiento sorprende a los expertos: la Piedra del Altar, una de las piedras más emblemáticas de Stonehenge, fue transportada desde el noreste de Escocia, a más de 700 kilómetros de distancia. Este hallazgo echa por tierra la creencia centenaria de que la piedra provenía de Gales.
Según un estudio reciente publicado en la revista Nature, esta piedra de 6 toneladas es el bloque más grande de las piedras azules que componen el monumento, y su traslado sugiere una coordinación social y habilidades de transporte avanzadas para la época, hace casi 5,000 años. Los investigadores han analizado los minerales dentro de la piedra, encontrando que su composición coincide con formaciones rocosas en la cuenca de las Orcadas, en Escocia, lo que apunta a una ruta marítima como el método más probable para su transporte.
Este descubrimiento no solo resuelve un misterio antiguo, sino que también abre nuevas preguntas sobre cómo estas civilizaciones neolíticas lograron tal hazaña sin los avances tecnológicos de hoy en día. Además, pone en relieve las redes comerciales y la organización social que existían en la Gran Bretaña prehistórica.
Stonehenge sigue siendo un enigma fascinante, pero con cada nuevo descubrimiento, nos acercamos un poco más a entender el propósito y el proceso detrás de uno de los monumentos más famosos del mundo. ¿Qué otras sorpresas esconde Stonehenge? El tiempo, y la ciencia, lo dirán.
