El primer vuelo comercial del lanzador espacial europeo Ariane 6, que inicialmente estaba previsto este miércoles 26 de febrero, ha sido reprogramado para el lunes 3 de marzo, tras el aplazamiento anunciado la semana pasada: «Las operaciones terrestres adicionales necesarias ya se han completado, lo que autoriza a Arianespace a lanzar el 3 de marzo de 2025″, informó la compañía a través de un comunicado.
Aunque el desarrollo y construcción de Ariane 6 está a cargo de ArianeGroup, este cohete, considerado como el más potente de la historia de Europa, es un nuevo modelo de lanzador de gran tamaño financiado y gestionado por la Agencia Espacial Europea (ESA). Con más de 60 metros de altura, Ariane 6 pesará casi 900 toneladas cuando sea lanzado con una carga útil completa, aproximadamente el equivalente a un avión y medio de pasajeros Airbus A380.

Según ha trascendido, su lanzamiento comercial busca poner fin a la llamada «crisis de lanzaderas» que sufrió Europa, precisamente tras el fracaso de la primera misión comercial del cohete Vega C, ocurrida en diciembre de 2022, y los continuos retrasos en el desarrollo del Ariane 6. Asimismo, el inminente lanzamiento servirá para poner en órbita un satélite de observación militar francés CSO-3, dentro de un programa que involucra a varios países, encabezados por Francia.
Inicialmente, después del éxito de una prueba realizada el pasado 9 julio, ese primer vuelo comercial se había programado para el 25 de febrero, pero cuatro días antes de la fecha la compañía anunció su aplazamiento por la necesidad de realizar operaciones adicionales en tierra. Ahora, el despegue se realizará en el puerto espacial europeo de Kurú, en la Guayana Francesa, el día 3 de marzo a las 13.24 hora local (16.24 GMT).

Sobre el cohete Ariane 6
Ariane 6 se concibió inicialmente a principios de la década de 2010, para ser un vehículo de lanzamiento que reemplazara al Ariane 5. Entre los años 2012 y 2015 se sugirieron y propusieron una serie de conceptos y diseños de alto nivel.
Los requisitos del proyecto incluían el desarrollo de un vehículo de lanzamiento capaz de elevar 6,5 toneladas a órbita de transferencia geoestacionaria por 70 millones de euros a 9 lanzamientos por año. El diseño final fue seleccionado en la reunión de la ESA a nivel ministerial en diciembre de 2014, favoreciendo un diseño de cohete de combustible líquido con propulsores de combustible sólido sobre el diseño inicial de combustible sólido.
La financiación de desarrollo de varios gobiernos europeos se aseguró inicialmente a principios de 2016 y se firmaron contratos para comenzar el diseño detallado y la construcción de componentes para someterlos a pruebas.