El rastreador que delató un brutal canibalismo entre tiburones

Diseno-sin-titulo-26-1
Redactora
¡Valora esto!

Lo que comenzó como un estudio de rutina para comprender mejor el comportamiento de los tiburones terminó revelando una escena tan inesperada como impactante. En 2020, un equipo de científicos colocó un rastreador satelital a una hembra de tiburón marrajo sardinero con el objetivo de analizar sus movimientos y detectar zonas clave para su conservación. Meses después, los datos enviados por ese dispositivo expusieron algo que nadie esperaba: el tiburón fue devorado por otro ejemplar de mayor tamaño.

La investigación, publicada en la revista científica Frontiers in Marine Science, estuvo liderada por la Dra. Brooke Anderson, bióloga de pesca marina del Departamento de Calidad Ambiental de Carolina del Norte. El marcaje se realizó en octubre de 2020, frente a las costas de Cape Cod, Massachusetts, y se enfocó especialmente en hembras preñadas, consideradas fundamentales para la supervivencia de la especie.

image Diseno sin titulo 26 1 1

El marrajo sardinero marcado medía 2,2 metros y durante casi cinco meses nadó a profundidades que oscilaron entre los 100 y 800 metros, atravesando aguas con temperaturas de entre 6,4 y 23,5 °C. Todo parecía desarrollarse con normalidad hasta marzo de 2021, cuando el rastreador comenzó a emitir señales desde la superficie del océano, lo que indicaba que ya no estaba adherido al animal.

Al analizar los registros, los científicos detectaron un dato clave: durante cuatro días consecutivos, la temperatura del dispositivo se mantuvo en valores inusualmente altos, incompatibles con el agua marina. Esa anomalía llevó a una conclusión inquietante: el rastreador había sido ingerido por un depredador de sangre caliente, lo que implica que el marrajo sardinero fue cazado y devorado.

Las principales sospechas apuntaron a dos gigantes del océano: el gran tiburón blanco y otro tiburón marrajo de mayor tamaño. Ambos pertenecen a la familia de los lamnidos, conocida por su capacidad de regular la temperatura corporal y mantenerla por encima de la del agua que los rodea. Sin embargo, los patrones de inmersión y desplazamiento registrados coinciden especialmente con los del tiburón blanco, un superdepredador que no solo se alimenta de focas y cetáceos, sino también de otros tiburones.

Aunque se sabía que estos episodios podían ocurrir, la documentación directa de una depredación entre grandes tiburones es extremadamente rara, lo que convierte a este hallazgo en una pieza clave para entender mejor las relaciones entre los máximos depredadores marinos.

image Diseno sin titulo 27 1

El caso también encendió alertas en materia de conservación. El marrajo sardinero del Atlántico Noroeste está catalogado como vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, principalmente debido a la sobrepesca, la pérdida de hábitat y la captura incidental en redes pesqueras. La muerte de una hembra reproductora en gestación implica no solo la pérdida de un individuo, sino también de las crías que llevaba, lo que agrava el impacto sobre poblaciones ya reducidas.

Para los investigadores, este episodio sugiere que la depredación entre grandes tiburones podría ser más común de lo que se creía, aunque pocas veces queda registrada. Por eso, remarcan la importancia de seguir profundizando este tipo de estudios, clave para comprender el equilibrio del ecosistema marino y diseñar estrategias de protección más efectivas para algunas de las especies más amenazadas del océano.

¡Valora esto!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *