Bután es considerado por muchos como el «país más feliz del mundo»: cualidad que alude a su índice de Felicidad Interna Bruta que mide la calidad de vida del país en función de la conservación de las costumbres locales y el crecimiento económico.
Pero es que además, Bután, con menos de 800.000 habitantes, puede presumir de ser uno de los pocos países en el mundo libres de coronavirus.
Y es que no se puede dejar de lado el meritorio trabajo de su monarca, el rey Jigme Khesar Namgyal Wangchuck, que ha supervisado en persona todas las iniciativas para evitar los contagios.
Un turista estadounidense de 76 años había llegado junto a su esposa a Bután procedente de India y, sólo un día después de ser ingresado en un hospital por una dolencia gastrointestinal, fue diagnosticado de coronavirus.
Temiendo que la enfermedad comenzara a propagarse en Bután, el rey decidió involucrarse personalmente. Según detalló el medio The Washington Post, el rey, de 40 años, supervisó en persona la localización de los contactos directos e indirectos que habían tenido el paciente y su mujer en Bután para su consecuenta puesta en cuarentena, permaneciendo toda la noche pendiente de la operación.
El monarca se preocupó del bienestar del enfermo, al que le envió “una colcha y dos pijamas de seda azul” al hospital en el que estaba ingresado. Enterado de que era físico de profesión, durante una de las llamadas telefónicas que realizó a la esposa del paciente para preocuparse por su salud, incluso se mostró interesado “en hablar con él de agujeros negros algún día”.
Sin embargo, el pronóstico de Hewitt no era alentador. Su sistema inmune estaba debilitado y su condición empeoraba con los días, pese a estar conectado a un respirador.
Así fue que en la mañana del 14 de marzo decidió trasladarlo en un vuelo medicalizado a los Estados Unidos, en un avión privado que le prestó el propio rey y, tras un viaje de más de 30 horas, fue ingresado en el Centro Médico Universitario de Baltimore.
Ya casi recuperado un par de semanas después, un doctor le aseguraba: “Lo que fuera que te hayan hecho en Bután, te salvó la vida”.
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El primer ministro de Bután pide a sus ciudadanos que adopten a un perro o planten un árbol por el cumpleaños del rey
Excelente: para celebrar el cumpleaños número 40 del rey de Bután, Lotay Tshering, el primer ministro del país surasiático, pidió a todos los ciudadanos que adoptaran a un perro callejero o plantaran un árbol.
El Reino de Bután, un pequeño país oculto en las montañas del Himalaya entre India y China y alejado de la masificación turística, es considerado uno de los países más felices del mundo que conserva intacta su cultura y tradición. Tshering dijo: “Un compromiso personal como este sería el mejor regalo para Su Majestad”.
El número de perros callejeros en Bután está en aumento, pero el gobierno ha tomado medidas anteriormente para tratar de resolver el problema.