Viajar en tren por Europa siempre fue sinónimo de comodidad, historia y paisajes únicos. Y dentro de esta red ferroviaria que conecta más de 25 países, existe un trayecto que enamora a turistas de todo el mundo: la Linha do Douro, una ruta centenaria que combina cultura, patrimonio y naturaleza a un precio sorprendentemente bajo.
Inaugurada en 1875, esta línea recorre 203 kilómetros desde la ciudad de Oporto hasta Pocinho, siguiendo el curso del río Duero —que nace en España y desemboca en el Atlántico—. Su tramo más célebre es el que une Peso da Régua, Pinhão y Pocinho, donde el tren se abre paso entre desfiladeros, viñedos en terrazas y montañas que parecen tocar el cielo.

Además de los paisajes, el viaje también ofrece un guiño cultural: muchas estaciones están decoradas con azulejos tradicionales que narran escenas de la vida rural y la historia local.
El boleto tiene un costo de menos de 15 euros y el trayecto completo dura alrededor de tres horas y media, lo que lo convierte en una de las excursiones más accesibles y memorables del continente. Según la compañía Comboios de Portugal, los horarios se actualizan online y es recomendable reservar con anticipación, sobre todo en temporada alta.
Para quienes llegan desde España, existe una conexión directa entre Vigo y Oporto que tarda unas dos horas, lo que permite enlazar fácilmente con la Linha do Douro y vivir una experiencia ferroviaria que mezcla lo mejor de ambos países.
Con su aire nostálgico y sus panorámicas inolvidables, este recorrido es mucho más que un simple traslado: es un viaje en el tiempo y una postal en movimiento que reafirma por qué el Valle del Duero está considerado Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Un plan perfecto para los amantes del vino, la historia y los viajes lentos, donde el verdadero lujo está en mirar por la ventana y dejarse hipnotizar por el río que serpentea entre montañas.


