Earl Barcome, un marinero estadounidense de 64 años, vivió una experiencia desgarradora cuando su velero de 36 pies, llamado Selkie, se hundió en el Golfo de México durante el paso del huracán Helene el pasado 26 de septiembre. Earl, quien había pasado un año en el mar tras una difícil separación después de 30 años, se encontraba acompañado de su fiel compañero, Gunn, un Golden Retriever de 10 años.
La historia de Earl ha conmocionado a muchos, no solo por su tragedia personal, sino también por el vínculo que compartía con su perro. En una emotiva despedida, mientras el agua inundaba la cabina del barco, Earl le dijo a Gunn: “Este no es el día en que vamos a morir, estoy llamando a la Guardia Costera”. A pesar de la desesperación, sus palabras reflejaron la esperanza que aún mantenía en medio del caos.
Con el motor del barco averiado y las condiciones del mar empeorando, Earl logró comunicarse con la Guardia Costera a través de una radio a bordo. La ayuda llegó rápidamente en forma de un helicóptero, que los localizó a 25 millas al oeste de Sanibel Island, Florida. En un dramático rescate, Earl y Gunn, equipados con chalecos salvavidas, se lanzaron a las aguas turbulentas donde fueron rescatados por los nadadores de rescate de la Guardia Costera.
Earl, reflexionando sobre su experiencia, compartió: “La realización de que la vida es un poco más importante fue un nuevo día. ¿Qué tengo para quejarme? Tengo una camisa y pantalones”. A pesar de haber perdido su hogar y su sueño de navegar hacia Florida, Earl se siente agradecido por su vida y la de Gunn.
Su hermana, Shirley, ha creado una campaña en GoFundMe para ayudar a Earl a reconstruir su vida tras esta devastadora experiencia. “Earl ha perdido todo. Sin fondos y con su sueño hecho añicos, reconstruir tras esta tragedia se siente imposible sin ayuda”, explica en la página, donde han establecido una meta de $25,000.
El huracán Helene ha dejado al menos 63 víctimas fatales, causando estragos desde Florida hasta la región de los Grandes Lagos como un devastador huracán de categoría cuatro. La historia de Earl y Gunn resuena como un recordatorio del poder de la esperanza y la resiliencia en tiempos de adversidad.