Desde hace 30 años, durante 7 días por año, se celebra el festival «Burning Man», en el desierto de Nevada, Estados Unidos. Mientras dura la celebración, funciona una «ciudad» temporalmente autónoma: Black Rock City. Cada año asisten alrededor de 50.000 personas para disfrutar de las increíbles obras de arte, la quema de una gran estructura de madera con forma humana y de una templo. Mientras la quema del «hombre» se hace rodeada de explosiones y fuegos artificiales, la del templo se hace en completo silencio porque es un ritual para recordar a las personas fallecidas.
En el festival se busca crear un ambiente pacífico, de tolerancia, igualdad y respeto a la naturaleza. Una de las características es que no se maneja dinero, los asistentes llevan su propia comida y regalos para compartir o intercambiar.
Sin embargo, del otro lado del océano, existe una celebración similar que se inició, nada menos, que en la Edad Media. Se trata de «Las Fallas» en la cuidad de Valencia y alguna poblaciones de la Comunidad Valenciana, España.
Antiguamente, los carpinteros usaban velas para iluminarse y podes seguir trabajando los meses de invierno. Las colocaban sobre unas tabas de madera que, al llegar la primavera, dejaban de usar, entonces las tiraban a la calle y las quemaban en una fogata. Luego la Iglesia Católica se involucró y lo convirtió en una celebración en honor a San José, que también era carpintero.
El festival dura cinco días (del 15 al 19 de marzo), durante los cuales la ciudad se viste de fiesta, con música, desfiles, actos, cabalgatas y fuegos artificiales.
Los «artistas falleros» son escultores, pintores y carpinteros, que se dedican a embellecer la ciudad, decorar las carrozas y, por supuesto, a construir las «fallas» que son increíbles esculturas, originariamente madera, que son quemadas el último día de los festejos.
Las fallas pueden ser una sola figura o una composición con varios personajes. Actualmente, tienen un contenido satírico sobre temas de actualidad o personajes infantiles.
Algunas de las estructuras pueden alcanzar los 30 metros de altura y se necesitan grúas para moverlas.