Así como el otoño nos deja increíbles paisajes en el hemisferio sur, en el norte, las postales de la primavera son cada vez más sorprendentes. En Japón, las flores, más precisamente las glicinas, no solo colorean las postales sino que también perfuman el ambiente haciendo que los paseos por Japón sean toda una experiencia maravillosa.
Las glicinas hacen que el periodo entre mediados de abril y mediados de mayo sea un momento mágico para estar en Japón. Estos árboles en plena floración y sus hermosas flores de tipo enredadera, algunas de más de 10 metros de largo, transforman parques ordinarios en lugares dignos de un cuento de hadas.
Por otro lado, en el parque de flores Ashikaga, ubicado en la prefectura de Tochigi, hay un enorme árbol de glicina que tiene una antigüedad de 150 años. Cuando está en flor, sus largos racimos de flores verticales forman una cortina que sumerge al público en un increíble mundo violeta. Sin embargo, eso no es todo lo que el parque tiene para ofrecer. Tiene más de 350 glicinas diferentes y un túnel de árboles por el que puedes caminar y tomarte fotos increíbles.
Las flores de este hermoso árbol pueden ser de varios colores. Aunque el morado es quizás el color más conocido, esta especie puede tener flores blancas, rosa pálido o incluso amarillas. Por ello, visitar tantos parques como sea posible durante este breve periodo de primavera es una misión que vale la pena en Japón.
