Cada vez es más común que los argentinos conozcan algún colombiano. Sea un vecino, un compañero de trabajo o el amigo de un amigo de un amigo que te presentaron el fin de semana. Los colombianos, por lo general, somos muy dados a conversar y si conoces alguno, te vendría bien entender el uso de ciertas palabras cotidianas que utilizamos de forma muy diferente a como se usan en Argentina.
Si escuchas a alguien que con total tranquilidad te dice «me gusta mucho tu cachucha», NO LO JUZGUES TAN RÁPIDO!
Mejor sigue leyendo esta mini guía con ejemplos y entérate de lo que intenta decirte:
COGER. Los colombianos cogemos todo y a toda hora: cogemos el bus, cogemos un vaso, cogemos a alguien de la mano. Y es que para nosotros la palabra coger se usa en el sentido de “agarrar” algo. Por eso si alguien te dice «te va a coger la tarde», no te imagines nada retorcido! Simplemente te está queriendo decir que se te va a hacer tarde.
TINTO. Si escuchas a un colombiano que a las 8 de la mañana quiere tomarse un tinto, no pienses que tiene problemas con el alcohol! Un tinto o “tintico” es nuestra manera de llamar al café negro. Nada mejor que un tinto recién preparado para comenzar el día!
AHORA. Una palabra tan sencilla que sin embargo usamos muy diferente. Cuando un colombiano te diga que va a hacer algo “ahora”, tienes que entender que lo hará después. Para nosotros, decir algo como “ahora tiendo la cama” significa que la cama se va a quedar sin hacer por lo menos una hora.
CACHUCHA. Todo muy alejado de lo que un argentino puede imaginarse al escuchar esta palabra: para nosotros la cachucha es nada más y nada menos que un sinónimo de la palabra “gorra”.
GUASCA. Uno de nuestros platos típicos es el ajiaco, una delicia característica de la región de Bogotá. Si alguien te explica que “el ajiaco es una sopa que se prepara con guasca” no te alarmes! Esta palabrita se refiere una hierba que se usa como especia principal para preparar el ajiaco. Difícil de creer? Acá la receta. (También tenemos un género musical llamado guasca que se escucha en algunas zonas rurales de Colombia).
SOBREMESA. Para nosotros esta palabra se refiere a la bebida que se ingiere con cada comida y no al periodo de charla o debate que se da después del almuerzo o la cena. Así, se entiende una frase como “de sobremesa prefiero un jugo de fruta que una gaseosa”.
PENA. Para un colombiano esta palabra significa simplemente “vergüenza” y no “lástima” como en Argentina y algunos otros países. Cambiar el sentido de estas dos palabras puede dar lugar a algún malentendido, por ejemplo cuando usamos nuestra característica frase “qué pena contigo!” cuando queremos pedir disculpas por algo, o pedir un favor.
REGALAR. Cuando un colombiano va a un kiosco y dice algo como “me regala un alfajor?”, en realidad no está pidiendo nada gratis! Es una manera que nos resulta amable o cortés para ordenar algún producto, sea en un restaurante o en algún comercio.
LAPICERO. El cambio de una simple vocal puede generar confusiones en una charla cotidiana ya que un colombiano puede preguntarte “me prestas tu lapicero un minutico?” y no se va a estar refiriendo al recipiente en el que se organizan los lápices y otros elementos de oficina. En cambio deberías interpretar que se refiere a la “lapicera” o “birome”. Otro sinónimo que utilizamos para el mismo objeto y que resulta inusual en Argentina es “esfero”, variante usada principalmente en Bogotá.
MARICA. Esta palabra que en gran parte del mundo hispanohablante es un insulto, para los colombianos tiene una variante más amistosa: acostumbramos llamarnos así entre amigos o amigas de confianza, sin que tenga ninguna relación con las preferencias sexuales. Ejemplo: “marica, no sabes lo que me acaba de pasar!”. De todas maneras, el significado de la palabra es el mismo y si se usa fuera de contexto o con la intención de ofender, obviamente va a ser interpretado como tal.
AFANAR. Quien te dice “voy de afán” no te está confesando un delito, te está diciendo que está apurado. En Colombia afanar se relaciona con apurar o tener prisa.
CAMELLO. Lo usamos como un curioso sinónimo de «trabajo». «Me voy a camellar» o «estoy buscando camello» son dos ejemplos de cómo usamos esta palabra.
VIEJA. Sin que necesariamente tenga que ver con la edad, llamamos de este modo a cualquier mujer. Sería como un sinónimo de “mina” o “chica”.
RICO. Aunque sí usamos la palabra en su significado usual de algo delicioso o alguien con mucho dinero, también solemos utilizar este adjetivo para cosas que no necesariamente tienen que ver con algún sabor agradable. Por ejemplo, “qué rico dormir escuchando la lluvia” o “ayer pasamos super rico en la fiesta”.
PELADO. Nada que ver con un tipo que se quedó sin pelo! Usamos esta palabra (por lo general suprimiendo la D) para decir que no tenemos dinero: “no puedo ir al cine porque estoy pelao” o para designar a los adolescentes y jóvenes: “hay dos pelaos esperándote en la puerta”.